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—¿Por qué acepté venir en primer lugar?

—Oh vamos, es la tercera vez en la mañana que te haces esa pregunta. —protesta Carla.— Ya está, hemos venido y... Y ya.

—Pero no me siento a gusto, Carla.

Si de sentirse a gusto hablamos...

Bostezo, sujeto el nudo de mi bata y recojo mi cabello. Maldita sea con Ruggero y sus planes.

Ayer discutimos y hoy invita a su bola de amigos. Con Jena incluída. Y la verdad me cuesta entender por qué quiere incluirla en todo.

Y es que, me fastidia porque ayer discutimos por ella, y no, no eran celos lo que sentí ayer, sentí que Ruggero estaba sobrepasando el maldito límite.

¿Por qué tiene que hablar con ella para empezar?

Sí, quizá no usé la manera adecuada de decirle. Pero a la mierda, solo le dije y ya.

Claro que se enojó, y me terminó gritando...

Si tanto te gusta decir que no eres celosa, ¿por qué fastidias tanto por mí amistad con ella?

Mi respuesta fue una cachetada de telenovela y las firmes palabras;

No soy celosa, pero tampoco estúpida. Así que cuida el tono en el que me habas y trátame con respeto. Soy tu novia, y si no vas a poder respetar eso, avísame para dejar de perder el tiempo.

Y pues bueno, después de eso él se fue a dormir en la sala y me dejó su habitación. Y apenas voy despertando para encontrarme con la novedad de que invitó a sus amigos a yo que sé.

Con lo que ahora va a mudarse a un lugar más grande...

No sé qué me fastidia más, que no me haya avisado o que haya invitado a la mujer que ayer le envió un audio diciendo...

¿No me vas a desear las buenas noches, guapo?

Y luego una maldita foto de ella en “pijama”. Mi enojo está justificado desde luego.

—Acepté venir porque me incomoda que Agustín esté con la ex, pero como vemos, nada se puede hacer para evitarlo. —Nicole acomoda sus gafas.— Putas relaciones amorosas. Malditos celos.

—Amén. —bostezo de nuevo.— Ni siquiera sé qué hacemos aquí paradas.

—Observando todo desde lejos porque somos básicamente tres extrañas. —susurra Nicole.— ¿Qué hora es?

—La hora de extrañar a mi bebé.

Ruedo los ojos cuando Carla saca su teléfono revisando si Guille no le ha mandado ningún mensaje. Y aunque quiero recordarle la diferencia horaria, mejor que sufra sola.

Cansada de verlos desde el pasillo, me incorporo y les pido a ambas que me acompañen a la habitación.

Nicole tiene razón, aquí somos tres extrañas y no deberíamos seguir sintiéndonos así.

Nos falta Guillermo, pero tenemos a Andrés. Y diría que Alejandro también pero él también se ganó la beca de intercambio.

Bueno, beca lo que se dice beca no es.

Es un sistema de intercambio que se da a los estudiantes de excelencia. Guillermo y Alejandro ganaron e intercambiaron lugares con dos estudiantes latinos.

No veo la hora de ver a mi mejor amigo de nuevo.

Mientras ellas me esperan en la habitación, yo me cambio en el baño, me bañé ayer por la noche así que aún tengo el cabello algo húmedo. Pero nada grave.

Inapropiadamente PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora