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Londres, Noviembre 29.

Louis llevaba casi diez meses en Londres, la universidad consumía parte de su tiempo, pero no lo suficiente. En sus largas horas libres intentaba distraerse, buscaba cursos de cualquier cosa para mantener su mente ocupada, intentaba no pensar demasiado en lo solo que se sentía.

Lottie, Fizzy y Jay estaban en constante comunicación con él, hablaban casi a diario y lo mantenían al tanto de lo que pasaba en casa, así como Louis comentaba con ellas sobre sus clases y la ciudad.

Respecto al rizado, habían hablado las primeras semanas desde que Louis llegó a Londres, dos días después de su llegada, Harry llamó a Louis luego de que este último le enviase un mensaje diciendo que por fin su apartamento estaba un poco más decente y habitable. Hablaron por algunos minutos mientras el castaño le mostraba el apartamento al rizado a través de la cámara, pero Harry se concentraba más en el reflejo de Louis en el refrigerador o el microondas, o en sus pies descalzos sobre el piso de cerámica, y por supuesto que se ahogó en nostalgia cuando en una habitación un espejo enfocó a Louis, con su cabello despeinado y una sudadera que cubría la palma de sus manos. Luego de esa llamada, intercambiaron algunos mensajes a lo largo de las semanas, los mensajes del día de la graduación de Harry, los agradecimientos de Louis por la fotografía del rizado, pero cada semana que pasaba reducía el número de mensajes, hasta que los mensajes llegaron a cero.

Louis hizo un par de amigos en la universidad, la mayoría de sus compañeros vivían en el campus, o con sus padres.

Era sábado, así que no había universidad, los amigos de Louis lo habían invitado a un bar por la noche, sonaba a la vida de un universitario, pero no era tan emocionante realmente, y solo tenían tanto tiempo libre, Louis en realidad, porque adelantaba las tareas y además estaban en los primeros meses, como Louis había estado tomando talleres, tenía más conocimiento y estaba más adentrado en las materias que la mayoría en algunas de sus clases.

Había decidido que iría al bar, porque no quería ahogarse en su soledad y en sus pensamientos que le carcomían la cabeza y consumían su energía y humor.

Se había duchado en la mañana y había estado todo el día en el apartamento, aunque estaba bastante limpio, se había pasado el día limpiándolo y acomodándolo, cada rincón del departamento estaba reluciente y se mantenía así. Había re-acomodado su despensa y alacenas por tercera vez desde que se había mudado.

El apartamento estaba en el tercer piso del edificio en el que vivía Louis, era bastante más amplio de lo que necesitaba una persona y el castaño solo recordaba lo detallista que era Margaret con el espacio, nunca le gustó un espacio reducido para vivir. Apenas entrabas al apartamento la sala con la gran alfombra gris y las paredes color plomo llamaban tu atención, los sillones de cuero blanco y la mesita de madera clara centrada en la alfombra se reflejaban en la cerámica blanca e impecable del piso, a la derecha había una barra de cerámica con tres asientos altos y detrás de esta se veía la cocina, con el piso de madera clara y las alacenas y paredes blancas, la cocina era plateada al igual que el extractor y el refrigerador de dos puertas que fácilmente pasaba como parte de la alacena, el comedor estaba atrás de la cocina y una puerta desde la cocina lo conducía allí, había un diminuto cuarto que era un espacio que Louis usaba para guardar los artículos de limpieza, entre el comedor y la sala había un ancho pasillo que conducía a dos habitaciones, una frente a otra, y al final del pasillo estaba la habitación de Louis.

Louis estaba poniéndose sus zapatillas en su dormitorio, cuando su celular sonó avisando que un mensaje había llegado.

Harry
Louiss
Por qeu ya no mme esccribes
Te extranoo

You are the only one - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora