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Meses habían pasado desde que Harry y Louis empezaron a vivir juntos, el castaño salía a la universidad por las mañanas y volvía para almorzar junto a Harry, a veces volvía a salir para tomar alguna clase por la tarde o para completar trabajos, pero siempre almorzaban juntos, si Louis no podía volver a casa comían fuera. El castaño había encontrado un trabajo como pasante en una oficina los jueves por la tarde y los sábados desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde.

Harry salía y tomaba cursos cuando encontraba estos por las mañanas, su carrera iniciaba en dos meses y hasta que iniciase continuaba con sus cursos y ayudando a Louis, conseguía trabajos para hacer cortos o infomerciales para gente joven o microempresas, no generaban una gran cantidad de dinero, pero era suficiente para que, junto al sueldo de Louis y lo que aún les enviaban sus mamás, pudiesen vivir tranquilamente y sin preocupaciones económicas.

El rizado ya había conocido a los amigos de Louis. Le agradaban, eran personas fáciles de agradar, eran sencillos, tranquilos pero divertidos, siempre tenían un tema de conversación y no había momentos incómodos cuando hablaban.

El día de ayer habían cumplido cuatro meses de novios, oficialmente. Habían salido a almorzar ya que era jueves. Dave y Lucas les propusieron salir a un bar hoy en la noche, no tardaron demasiado en acceder ya que sabían que sus amigos insistirían hasta que digan que sí.

Así que en este momento se encontraban vistiéndose y preparándose para salir, en unos minutos llegarían Lucas y Dave para recogerlos e ir al bar.

Harry se encontraba en su habitación, se había puesto unos skinny jeans negros y sus botas marrones, últimamente había adquirido cierto gusto culposo a los skinny jeans, tenía varios de estos, algunos lisos y otros con agujeros en las rodillas como los que se había puesto hoy; su cabello seguía largo y aún no tenía planeado cortárselo, le encantaba que Louis pasara sus dedos por su cabello y que se lo peinase, le encantaba también removerlo cuando estaba coqueteando con Louis y observar cómo el castaño mordía su labio inferior al ver a Harry hacer eso.

Harry estaba observándose al espejo, observaba su abdomen, a veces se cohibía cuando su estómago se hinchaba y se sentía su grasita acumulada encima del hueso de su cadera, ayer había estado besando a Louis y el castaño había acariciado esa zona por sobre la camiseta que llevaba y lo hizo sentirse algo inseguro que Louis haya sentido como su piel salía del pantalón formando un delgado rollito, y aunque Louis no había dicho nada y solo continuaba besando sus labios, el rizado se sentía avergonzado.

Louis no llevaba el abdomen marcado, pero sí era delgado y su abdomen se marcaba ligeramente con dos líneas a los costados de su estómago, delineando su cintura, excepto cuando comía algo que lo hiciese hincharse, pero Harry estaba seguro de que al castaño no le avergonzaba su pancita hinchada, pues la observaba y reía mientras la hacía notarse más.

Se aseguró de que el pantalón que llevaba puesto hoy sea un poco más alto para cubrir esa zona que le había hecho avergonzarse la tarde del día anterior.

Se sobresaltó con los suaves golpes en la puerta de su habitación y miró hacia esta.

- ¿Puedo pasar? -preguntó el castaño desde fuera.

- Sí, solo, un segundo.

El rizado alcanzó la polera que había escogido para esa noche, se la puso rápidamente y fue a su armario para buscar una chaqueta.

- Pasa -dijo cuando abrió la puerta del ropero.

El castaño abrió la puerta despacio y asomó su cabeza, luego caminó hasta el rizado cerrando la puerta detrás de sí.

You are the only one - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora