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- Harry.

El ojiazul se detiene y voltea a ver al rizado.

- ¿Lou?

Estaban caminando por el parque que estaba cerca de sus casas, estaba casi vacío; había pocas personas, algunas andando en bicicleta y otras corriendo. Louis y Harry llevaban caminando un par de minutos, iban en silencio, solo disfrutando el tacto del otro bajo sus manos entrelazadas y el verde de los árboles que contrastaban con el azul del cielo.

- Debes dejar de crecer -dice Louis y Harry frunce el ceño- sí, debes dejar de hacerlo; si sigues creciendo vas a ser más alto que yo y eso no sería favorable para mí.

Harry se echa a reír ruidosamente. Louis enarca una ceja y se aleja un paso de Harry para ponerse frente a él.

- No es gracioso, Harry.

Harry niega despacio y da dos cortos pasos hacia atrás. Observa a Louis que sigue con una ceja enarcada y tomando un corto impulso abraza al castaño, enreda sus brazos alrededor de su cuello y cuando Louis está llevando sus manos para rodear la cintura de Harry, el rizado da un pequeño salto y envuelve sus piernas en la cintura del ojiazul. Louis se sorprende ante el acto, pero termina sonriendo y abrazando la cintura del rizado con fuerza, sintiendo como apega el cuerpo ajeno al suyo propio.

Harry tiene una pequeña sonrisa y las mejillas sonrojadas, lleva su rostro al cuello del castaño e inhala profundamente su aroma, huele a vainilla; a vainilla y a bebé, quizás un poco a canela, pero es casi imperceptible.

- Aprovecha ahora que eres más alto que yo. Luego no podrás cargarme -se explica Harry, y ahora el que ríe es Louis.

- Podré cargarte siempre, así seas tres metros más alto que yo.

Louis pasa un brazo por debajo de los muslos de Harry, para sostenerlo y que no caiga al suelo, mantiene su otro brazo sobre la cintura del ojiverde y empieza a caminar.

- ¿Que haces? Louis, me harás caer, bájame.

El rizado ríe mientras Louis avanza sosteniéndolo, se queja y pide que lo baje, pero se aferra al cuerpo del ojiazul para evitar caer.

- Fue tu decisión subir, ahora atente a las consecuencias.

El castaño llevó su nariz a los rizos del ojiverde e inhaló el olor a coco de su champú. Sonrió y dejó un beso en la mandíbula del rizado.

- Tengo miedo Lou. No quiero caer -se queja el rizado y aprieta sus puños sosteniendo la tela de la polera de Louis entre estos.

- No te dejare caer Harold.

Luego de esto, el castaño tropieza con sus propios pies y cae sentado al suelo. El impacto hace que suelte su agarre en la cintura de Harry y se apoye en sus codos para no golpear su cabeza en el suelo.

- Oh, gracias cariño. Por suerte no ibas a caer.

- No te dejé caer, Harold -responde Louis frunciendo el ceño divertido- yo me caí, pero sigo sosteniéndote -terminó de hablar llevando una mano a la cintura de Harry y abrazándolo.

El rizado niega sonriendo y se levanta, tendiéndole una mano a Louis. Cuando ambos están de pie, continúan su caminata por el parque.

- Deberíamos hacer algo divertido.

- ¿Estás aburriéndote?

El riizado niega y el castaño frunce el ceño.

- No, es solo que, no lo sé, podríamos meternos en problemas.

El castaño alza una ceja y observa los pómulos del rizado teñirse de un suave color carmesí.

- ¿Cómo tienes planeado meternos en problemas?

You are the only one - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora