Superar un desafio

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Bakugou Katsuki era alguien orgulloso, con un ego gigante, y definitivamente no era del tipo de persona que correría detrás de alguien con miedo a haber herido sus sentimientos.

Así que, ¿Qué era lo que hacía en estos momentos?

Katsuki se repetía esas palabras a si mismo, y se rehusaba a aceptar cualquier tipo de pensamiento que dijera que en realidad, si le importaban Utsushimi... Y lo que sea que ella pensara sobre él.

Pero al mismo tiempo, no podía decir que le importaba mucho, no cuando se trataba de ella.

Katsuki chasqueó la lengua, y se detuvo en el centro del jardín de la residencia, el cual raramente se utilizaba, pero Bakugou definitivamente había visto a Camie correr hacía ahí.

¿Correr? Un termino mejor sería escapar, ¡Una cobarde! Pensó Bakugou para si mismo.

Katsuki negó con sucabeza varias veces para intentar concentrarse en encontrarla. Miró a su alrededor, pero no notó nada fuera de lo común, se cruzó de brazos.

—Estás utilizando tu particularidad para esconderte, ¿No es así?— dijo Bakugou al aire, pero no obtuvo respuesta. Frunció el ceño. —Sal ahora, tengo que hablar contigo.

Pero, una vez más, no obtuvo respuesta. Aún así continuó:

—¿Me dirás lo que piensas?— dijo, su voz no pareció flaquear. —¡Sal ahora, y dime lo que piensas sobre lo que dije!

De nuevo silencio, Bakugou podía sentir su sangre hervir con cada segundo que era ignorado.

—Escuchaste lo que dije, ¿verdad?— Katsuki habló.—¡¿Por qué no te quejas?! ¡¿O me gritas?! ¡Insultame o lo que sea, pero no me ignores, maldita sea! ¡Cobarde!

De pronto, pareció que una ilusión de disipó a la izquierda del jardín, y cuando Bakugou se giró no se encontró con un pequeño arbusto, sino que ahí estaba parada Utsushimu, sus brazos cruzados en frente de ella.

—¿Oh?— habló ella, su tono igual de frío que sus ojos. Bakugou no lo aceptaría jamás, pero el tono de la chica hizo que un escalofrío subiera por su cuerpo. —Aquí estoy, ¿Ahora qué, Bakugou?

Katsuki, por primera vez en su vida, se quedo sin palabras. Camie rió sarcásticamente y se acercó a él con pasos lentos.

—Sé que soy molesta. También sé que no soy ni tan poderosa, ni tan inteligente como tú, pero, ¿Sabes algo?—preguntó Utsushimi mientras se paraba en frente de él, le señaló en el pecho y apretó los dientes, Bakugou se quedó callado. —Pensé que no eras un idiota...

Katsuki apretó sus puños, y se mordió la lengua. Camie dió otro paso para adelante, y se acercaban lentamente el uno al otro, sin embargo, ninguno parecía que iba a retroceder.

Kaminari se mantenía escondido detrás de la pared, y mantuvo su respiración al escucharlos discutir.

Definitivamente era un momento dramático.

(Y si Bakugou le encontraba espiandolos, Kaminari estaba muerto)

—No sé porque pensé que podrías ser diferente, por un momento incluso parecías un...— Camie se cortó a si misma y negó con su cabeza —No, no importa.

Denki se tapo un oído, preparado para el grito que le daría Bakugou, pero incluso después de unos segundos, este no sucedió. Utsushimi continuó:

—¿Acaso finalmente te has quedado sin palabras? Irónico, cuando quiero que hables te quedas callado,—dijo la chica, con cada palabra daba un paso hacía delante, ambos parecían estar peligrosamente cerca, y Utsushimi podía sentir la respiración del chico en su nariz, frunció el ceño. —¿En serio no dirás nada...? Cobarde.

¡Por favor, Cupido! | BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora