Running in circles, coming up tails
Heads on a science apart
Nobody said it was easy
It's such a shame for us to part
Nobody said it was easy
No one ever said it would be this hard
(The scientist - Coldplay)
Si miraba la pantalla del ordenador durante más de un minuto todo se volvía borroso. Tenía que bajar la vista e intentar pensar en otra cosa. Los apuntes tampoco tenían mucho sentido: en la última hora y media no había sido capaz de aplicar ni una sola fórmula correctamente. De hecho, aquellas cuentas que sí había podido sacar resultaron estar mal al revisarlas: cuando no se equivocaba en un cálculo copiaba el número mal.
Grey era bueno en matemáticas. Las asignaturas de contabilidad nunca se le habían resistido, siempre había sacado buenas notas. Le gustaba la certeza de los números y que hubiera una respuesta correcta y definitiva. Le parecía bonito, incluso poético, porque ni las artes ni las personas son así.
Se levantó de la silla. Probablemente se había levantado 20 veces en la última media hora. Se estiraba, daba vueltas por su cuarto, ordenaba cosas que ni siquiera estaban desordenadas, abría y cerraba la ventana, estiraba el edredón sobre la cama. Era incapaz de concentrarse y lo peor de todo era que sentía que no respiraba bien, que algo le oprimía el pecho. Estaba incómodo, estaba nervioso, estaba de mal humor y estaba un poco asustado; nunca antes se había sentido así.
Grey había sido siempre una persona equilibrada. Se tenía por alguien racional, con los pies en la tierra. Nunca se había tomado como algo personal los fracasos y nunca había creído que fueran determinantes: si no estudias lo que debes y suspendes un examen no es el fin del mundo, te pondrás las pilas para el siguiente. Si pierdes este partido jugarás mejor a la próxima porque le darás más caña al entrenamiento. Tenía compañeros en clase y en el equipo que se ahogaban en un vaso de agua y él nunca lo había entendido. Hasta ese momento.
En los últimos meses había empezado a dormir mal, le costaba concentrarse. Ya no podía estudiar con música de fondo, por ejemplo, y necesitaba parar con frecuencia. De golpe se daba cuenta de que llevaba leyendo el mismo párrafo durante 15 minutos y ni siquiera recordaba lo que ponía. Cada vez que se sentaba delante del ordenador se agobiaba, aún sin siquiera mirar los apuntes. Pero si cerraba el documento y se ponía a hacer algo que no tuviera que ver con las clases, con los exámenes, sentía que estaba perdiendo el tiempo y se agobiaba igual. Nunca había echado tantas horas estudiando y nunca le había servido para tan poco. Se estaba volviendo loco.
Siempre le había gustado ir a clase: siempre había tenido facilidad para prestar atención y sin embargo, en aquel momento, le ponía de mal humor solo pensarlo. No faltaba mucho, pero ir a la universidad se había convertido en una tortura: se largaba de allí nada más tenía oportunidad. Sus compañeros, con los que se había llevado siempre bien, empezaban a notar sus espantadas: les evitaba, estaba huraño.
Todo empezó con la última movida de su padre: una vez más invirtió en lo que no debía, en la empresa de un vendehumos. Había escuchado a sus padres discutir una noche y había preferido no enterarse de nada, porque le hervía la sangre de pensarlo. Su padre tenía una obsesión malsana con hacer dinero rápido y la realidad es que el dinero pocas veces se hace rápido.
Había procurado que esas cosas no le afectaran durante aquellos años. Igual que cuando se hicieron ricos procuró que su vida no cambiara, cuando dejaron de tener dinero tampoco lo hizo. Tuvo que dejar de ir al club de campo y tuvo que dejar de montar a caballo, pero lo cierto era que no le pareció el fin del mundo. Farrah le dejó cuando dejó de tener pasta y le resultó un alivio, porque lo cierto es que ella no le aportaba demasiado. Vendieron los dos mercedes de su padre pero pudo quedarse con su coche, un bmw que estaba bastante viejo pero que a él le había valido siempre. Entró becado a la universidad, así que solo tuvo que mantenerse.
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Salvajes
Teen FictionJuliet está rota porque quien debía quererla no la quiso. Ezra está en guerra con el mundo porque no sabe hacer otra cosa. LeBlanc tiene miedo de admitir que está enamorado. Summer siente tanta culpa que no es capaz de vivir del todo. Grey no tiene...