XXXV

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He's so beautiful
Makes me wanna believe
He's got a heart of gold
That nobody can see
Bringing party favors
Dollar bills rolled nice and neat
Party boy, you took too much
It's time for you to leave


Too close - Sir Chloe


Eran casi las doce cuando llegaron a la ciudad y no les pareció hora de irse a casa. Grey no se había enterado de mucho y no tenía muy nítida la última parte del viaje porque se había quedado dormido pero Summer le había dado un montón de chocolatinas y se había puesto ciego. Se sentía eufórico y eso que se le había pasado el efecto de las copas y de la pasti que se habían metido, que tampoco fue para tanto. Después de aguantar casi cuatro horas de conducción temeraria de Dylan se sentía vacío salvo por las chocolatinas. A lo mejor lleno de azúcar.

Summer volvía a estar contenta. Habían vuelto de la tienda con un brebaje asqueroso que tenía pinta de haber sido preparado en la bañera de alguien y un montón de chocolate y Summer se volvía a reír. Dijeron que no se habían colocado pero estaban eufóricas y cuando Ezra dijo que aún llegaban con tiempo a la sesión de Hobes en la Nave a todos les pareció bien ir. La Nave era un sitio que le caía bien aunque no estaba dispuesto a teñirse el pelo de negro ni a parecer triste todo el rato. ¿Te pueden caer bien los sitios? Hobes le gustaba. Sus sesiones eran de música de principios de los 2000. Siempre te colaba alguna de cuando Lidsay Lohan y Paris Hilton hacían música. Eso le parecía muy gracioso.

Grey estaba muy contento, contento en el buen sentido. No es que recomendara el consumo de drogas, pero un día era un día. Los parciales habían ido genial y se sentía total y absolutamente invencible. Como si volara.

Había cola, pero les colaron porque conocían a alguien. LeBlanc desapareció un momento y volvió con un buen puñado de pastillas. Él decidió que algunas copas estarían bien pero que estaba suficiente contento como para no necesitar químicas externas. Saltaron como locos, acabaron pringados. Grey sentía que apestaba pero le daba igual. ¿Puede que el mal olor sea algo relativo? Probablemente no.

Anthea y Jass estaban allí también. Un recuerdo fugaz de la última vez que las vieron le cruzó la mente. Aquella noche había acabado discutiendo con LeBlanc y creía haber sido un borde con ella, fueron esos días malos. Se sintió avergonzado y culpable.

Llevaba un tiempo sin pensar en chicas. En realidad desde lo de Farrah no se había vuelto a acostar con nadie. No lo echaba en falta: el sexo estaba bien y en rollo de flirtear y ligar era muy divertido pero ya se conocía lo suficiente como para saber que lo disfrutaba más cuando había algún tipo de sentimiento algo más trascendente. Había tenido muchos encuentros de una noche que acababan sabiendo a poco: no solucionaban sus problemas y no alimentaban su ego.

Pero de ahí a rechazar a Jass hay un trecho. Una cosa es ser romántico y otra cosa es ser gilipollas.

Quizás ella no querría nada con él. Pero por lo menos tenía que disculparse, aunque ella le había saludado tan encantadora como siempre y él no recordaba exactamente qué le había dicho la vez anterior. Qué mal. No tenía ganas de volver a llegar al punto de no recordar cosas, de no sentirse él mismo.

La sesión de Hobes era una pasada. Levantó a Dylan en sus hombros y casi vuela por los aires. Pensó que recordaría esa noche durante mucho tiempo y sintió que todo tomaba la dirección adecuada. Y cuando vio a Jass alejarse se acercó a Juls.

-¿A dónde va?- preguntó.

-A pedir algo- sonrió la rubia, viendo por donde iba. Grey no pudo evitar sonrojarse.

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