XII

63 10 3
                                    


City's breaking down on a camel's back
They just have to go, 'cause they don't know wack
So while you fill the streets, it's appealing to see
You won't get out the county, 'cause you're bad and free
You got a new horizon, it's ephemeral style
A melancholy town where we never smile
And all I wanna hear is the message beep
My dreams, they got a kissing
'Cause I don't get sleep, no
Windmill, windmill for the land
Turn forever hand in hand
Take it all in on your stride
It is ticking, falling down
Love forever, love is freely
Turned forever, you and me
Windmill, windmill for the land
Is everybody in?


Feeling Good - Gorillaz 



Cuando uno tiene un fajo de billetes en el bolsillo todo duele menos: la espalda, los hombros, los ojos hinchados. Uno está menos cansado incluso, aunque no haya dormido. Eso lo sabía LeBlanc de siempre pero le seguía sorprendiendo cuando rehacía el camino a casa después de hacer una entrega. Aquella mañana, agotado y sin haber dormido, tampoco fue una excepción, aunque hubo varios momentos en los que casi pierde el control de la moto. Eso no le hizo tanta gracia.

Se dijo que no lo iba a hacer más; que ya no era tan crío como para ir con tantas prisas, aunque sabía que era mentira y que volvería a ocurrir porque no se quedaba a gusto si posponía cosas importantes. A LeBlanc le apasionaba el orden, le apasionaba encontrarse todo donde lo dejó, le apasionaba su cama con sábanas limpias, la nevera llena, la temperatura agradable. Vivir bien, en resumidas cuentas.

Su casa olía a limpio, no como él, que decidió que no iba a dormir bien hasta que no se quitara los restos de otra persona de encima. Se lavó la cara, se lavó los dientes y comprobó con fastidio que tenía un par de chupetones en el cuello. Eso sí que le daba rabia, se sentía como un adolescente absurdo que quería demostrar algo.

El chico no estaba mal. No había sido un mal polvo, pero no se acordaba de su nombre. Le había querido invitar a una copa que LeBlanc la había rechazado. Quizás había sido algo borde pero tampoco se arrepentía. Había llenado un vacío en ese momento, algo que le apetecía hacer en mitad del subidón de eme, pero nada más. Ahora lo pensaba y le resultaba un poco tonto; que la experiencia no le había aportado mucho. Sexo sin rostros en un lugar oscuro con alguien que le daba igual. Era incluso deprimente, la verdad.

En los últimos meses se había dado cuenta de que ese era su modus operandi: acababa con gente que no le importaba demasiado y después quizás no se arrepentía, pero sí que acababa pensando que no le había aportado nada especial la experiencia. Que lo hacía solo por no pensar en otras cosas; necesitaba follarse a gente por la que no sentía nada para crear una especie de control sobre otros sentimientos a los que no quería poner nombre. Follarse a gente sin cara para evitar que otras caras estuvieran presentes.

Por un momento tuvo un leve flashback, un recuerdo fugaz de la última vez que el sexo tuvo el significado que debía tener siempre: electrizante, químico, brutal. Como meterse todo el éxtasis del mundo solo con el contacto con la piel de otra persona. Se sacudió. Movió ese pensamiento de sitio justo antes de que se formara el rostro al que no estaba preparado para enfrentarse. LeBlanc era bueno con el orden, sobre todo dentro de su propia cabeza.

En la ducha, sintiendo el agua caliente y reconfortante caer por su espalda, pensó que tampoco era para tanto, pero que quizás debería empezar a afrontar las cosas de otra manera. En realidad no le apetecía estar con nadie pero a veces, en momentos como ese, se sentía solo. No quería una charla insustancial con alguien, no quería llevar a casa a algún desconocido pero sí que habría estado bien decirle a alguno de sus amigos que se quedaran a dormir. Inevitablemente se acordó del mes que Juliet pasó allí; se habían entendido muy bien, mejor de lo que él pensaba. ¿Si la hubiera invitado a dormir habría aceptado? Probablemente no.

SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora