I wanna die like a rockstar
Be bad, be good
Be nasty, be cool
Die like a rockstar
Pain and love
Rock and drugsAnd you will love me
When I leave this world
You will play my music
When my voice is turned off
Sing that la la la, sing that la la la
I wanna die like a rockstar
Sing that la la la, sing that la la la
I wanna die like a rockstar
Die like a rockstar - Gio Bermejo
El sonido de las guitarras eléctricas y los golpes de la batería llegaban de forma velada, como si estuvieran debajo del agua, como si vinieran de otro mundo. El sótano no estaba insonorizado, claro, casi ningún sitio lo estaba nunca. A Dylan le volvía loco pensar que el escenario estaba justo encima de sus cabezas, aunque ese fuera un pensamiento tonto como otro cualquiera. En la Nave 42 la parte de abajo era un entramado de túneles y pequeñas salas que se usaban de camerino, de almacén, de baños.
Dorah estaba en un rincón, con sus enormes cascos puestos. Escuchaba la música a un volumen tan alto que el sonido se filtraba por toda la habitación. Era Sepultura. Algún día Dorah iba a quedarse sorda, sin lugar a dudas. Ojalá eso pasara después de que les dieran muchísimo dinero por ser estrellas del rock. Está feo pensarlo, pero si alguien tiene que morir trágicamente mejor que sirva al menos para disparar las ventas.
Margo se pintaba frente al espejo de cuerpo entero, sentada en el suelo con las piernas cruzadas. Se había hecho un ahumado brutal en los ojos, estaba llena de purpurina y su pelo era de un color violeta intenso. Parecía concentrada en lo que hacía; cuando estaba nerviosa se volvía muy perfeccionista.
Alex, por su parte, rasgueaba su guitarra, murmurando algo para sí. Estaba muy guapo, como siempre. Pero la energía no estaba siendo la correcta. Dylan sentía que había alguna cosa que no terminaba de ir bien con ellos.
Estaban acojonados, era eso. Jerome, el encargado, había prohibido que los grupos se juntaran porque otros años había sido un desastre: todos habían acabado tan borrachos que el espectáculo había sido bochornoso. Y ellos eran demasiado novatos como para saber qué era lo que tenían que hacer, como para no preocuparse por las notas desafinadas, por los graves, por cualquier cosa que pudiera pasar. Todos los demás tenían mucha más experiencia que ellos; no querían hacer el ridículo.
Era un miedo que se instalaba sobre ellos, en la habitación y al que no podían poner palabras: en realidad, ¿qué es lo peor que puede ocurrir?¿que desafines, que pierdas el compás, que se te vaya la pinza? No tenía ningún sentido. Y Dylan quería decirlo en voz alta, pero no sabía si eso iba a servir de algo o si, por contra, empeoraría la situación.
Llamaron a la puerta. Él fue a abrir.
-Se supone que no podéis estar aquí- dijo, pero se le escapó una sonrisa.
-Ya, esto es un puto muermo. Es el backstage más soso que he visto en mi vida- dijo Ezra. Miraba frenético de un lado a otro porque, sin duda alguna, estaba colocado.
-Bueno, bueno, bueno, las leyes de los hombres están para romperlas- LeBlanc le cogió de la cabeza y le besó en la frente con esa mirada despistada que se le ponía. Seguro que habían tomado eme.- Vamos a hacer mucho ruido y hemos pensado que estaría genial que saltaras al público al final.
-Me fío poquísimo de vosotros y de vuestros reflejos.
-Eso es una mentira enorme, Dylan, y lo dices solo para hacerte el duro. Toma, para que te animes.- Ezra le señaló con un dedo amenazante. Después le dio una botella de cristal de contenido oscuro. Dylan levantó una ceja al ver que era whiskey y que aún llevaba el precinto puesto, ¿cómo les habían dejado entrar con eso?

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Salvajes
Genç KurguJuliet está rota porque quien debía quererla no la quiso. Ezra está en guerra con el mundo porque no sabe hacer otra cosa. LeBlanc tiene miedo de admitir que está enamorado. Summer siente tanta culpa que no es capaz de vivir del todo. Grey no tiene...