In Arcadia, Arcadia
All roads that lead to you as integral to me as arteries
That get the blood flowing straight to the heart of me
America, I need a miracle
I can't sleep at home tonight, send me a Hilton Hotel
Or a cross on the hill, I'm a lost little girl
Findin' my way to ya
Arcadia
Arcadia - Lana del Rey
La mayoría de los poetas no decían más que gilipolleces, eso siempre lo había tenido claro. Aprobó literatura por poco porque lo cierto era que no le interesaba una mierda lo que una panda de tíos (joder, casi siempre eran tíos) tenían que decir sobre el amor o sobre las mujeres. No tienen ni idea.
Hay palabras que no funcionan. Simplemente no sirven para definir según qué cosas. Es pretencioso querer englobar algo intangible en una serie de símbolos. Las emociones son humanas pero no son humanas. Se entienden, pero no se entienden.
Summer sentía que a lo largo de su vida las palabras le habían dado más problemas que las emociones. Al menos le habían supuesto un mayor conflicto.
La relación con su madre, por ejemplo. En las últimas reuniones la había notado triste, distante. Su psicóloga le había dicho que eso era normal, que su madre estaba trabajando en asumir, lidiar y responsabilizarse de una serie de cosas y que eso era un proceso complejo. Pero no había recaído. Al menos eso.
Si ella tuviera que ponerle palabras a lo que sentía hacia Celine no podría seguir adelante. Sabía lo que les había hecho a ella y a Ezra, lo que habían tenido que sufrir y que, probablemente, ambos serían personas diferentes y mejores. Summer no habría sido una abusona en su día porque eso era exactamente lo que fue: alguien que aprovechó el escaso poder que tenía para hacerle la vida imposible a muchas chicas. A Clea, por ejemplo. No dejaba de pensar en Clea. Cuando estaba triste, cuando estaba mal, cuando sentía que la vida que tenía no le gustaba se acordaba de Clea y se sentía tan profundamente culpable que no hacía nada por salir de ahí. Que no sentía que mereciera que algo le fuera verdaderamente bien.
Culpa es una palabra horrible. Arrepentimiento es necesaria, pero suena muy grande, muy fea. Da miedo.
Si ella tuviera que ponerle palabras a lo que sentía por Celine no podría seguir viéndola y la verdad es que quería seguir viéndola, lo mereciera o no. Lo quería, de verdad; quería darle la oportunidad a su madre de seguir en su vida, de hacer las cosas bien. Esas oportunidades terminarían algún día y cuando eso ocurriera lo aceptaría igual que aceptaba el hecho de que ese momento no había llegado aún.
Sinceridad no da ningún miedo, por otra parte. Sinceridad suena ligera y bonita y quizás como de color verde pasto. Y cambiar, de repente, ya no le parecía tan mala.
Ella había cambiado. Sin tener que justificarse, era un hecho: no era la cría estúpida y acojonada y dolida con el mundo que fue. Seguía siendo estúpida a veces, seguía haciendo cosas mal, por supuesto. A lo mejor aún no se le daba bien pedir perdón pero había empezado por lo importante: cambiar. Dejar de ser la mierda de tía que era: no es solo salvar a los que quieres, es no ponerle la zancadilla a los demás. Daba igual lo mucho que se esforzara en cuidar de Juliet y de Dylan, sobre todo de ellos dos, cuando fueron vulnerables. No servirá de nada si te aprovechas de la vulnerabilidad de otras personas aunque estas no te importen nada.
No había vuelto a hacerlo. No había vuelto a ser mala con nadie. Incluso no lo había sido con gente que lo merecía. Y eso también es a veces una mierda.
Las palabras no dicen nada, a veces. Las palabras no son ninguna cosa. ¿Con qué palabras definirías esta cara? Pensó, mientras se miraba al espejo, con las mejillas enrojecidas y el pelo algo encrespado: algunos mechones se habían salido de la tirante coleta alta que se había hecho y había decidido dejarlos así.
Ojos castaños levemente rasgados, nariz pequeña, labios gruesos, piel morena. El pelo, ahora, era de color negro brillante. Le quedaba bien. Le quedaba muy bien así. ¿Pero qué significa todo eso.
El aliento agitado, la boca seca, las piernas levemente entumecidas. Había sentido un amago de tirón en el gemelo izquierdo, pero no pasaba nada: necesitaría estirar más y quizás un masaje pero todo estaba bajo control, todo bien.
Le vibró el móvil. Jass le preguntaba por qué se había ido tan rápido. Ella respondió que tenía turno en la tienda y eso era verdad, no podía llegar tarde. Su amiga le preguntó cómo había ido. Summer respondió que no sabía, que el nivel era muy alto, que había chicas muy preparadas que probablemente llevaban trabajando todo el año. Pero estaba contenta. Y lo dijo porque de verdad lo estaba.
La primera fase era una coreografía grupal. Había ido mucho mejor de lo que había esperado: se hizo con los pasos rápido. No eran fáciles pero tampoco algo inabarcable. Y si hubiera estado más en forma le habría resultado mucho más fácil. Eso le pareció bueno: si en frío, con unas semanas de gimnasio, había podido con toda la audición quizás es que no estaba tan lejos como creía.
No tenía ninguna expectativa de entrar en Trópico. No tenía ninguna esperanza en superar la primera ronda y aún así se sentía como si volara. Pese al dolor muscular, pese a la sensación de cansancio, pese a la idea de entrar a trabajar ahora.
Estaba feliz. Hacía mucho tiempo que Summer no estaba feliz.
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Salvajes
Teen FictionJuliet está rota porque quien debía quererla no la quiso. Ezra está en guerra con el mundo porque no sabe hacer otra cosa. LeBlanc tiene miedo de admitir que está enamorado. Summer siente tanta culpa que no es capaz de vivir del todo. Grey no tiene...