XXXI

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Made something better, he kept it for himself
I'm not that stupid, I just need a lot of help
To understand how stupid you really are
Down at the bottom of the ocean I lay down
Nobody's coming, just continue to drown
And no one here could ever stop my ruin now now
And I know I've got not to fear
You'll get me out

Oh god, just get me out of here. 


(Nobody's daughter - Hole)




Organizar la cocina era una de las cosas que más le gustaban. Ordenar en sí mismo: limpiar, buscar el sitio adecuado para cada cosa, asegurarse de que todo estaba donde debería estar. Le daba paz, le pasaba desde pequeño. Su abuela era una mujer muy apacible y muy ordenada: aunque nunca faltó de nada su casa había sido un hogar modesto. Su abuela decía que la limpieza y el orden dignifican todo. LeBlanc pensaba que tenía razón.

Los sábados iban al mercado a comprar y así echaban la mañana colocando la comida en los lugares asignados. Y después, cocinar, también en un proceso metódico. Cuando su abuela murió sintió que la necesidad de orden se apoderaba de él y se le fue de las manos. Lo acabó controlando. Volvió a ocurrir cuando su abuelo murió y cuando tuvo alguna crisis de estrés por el trabajo. Pero al final siempre conseguía volver a la calma. De alguna u otra manera.

Cuando el nombre de Summer apareció en la pantalla de su teléfono estaba metiendo los cereales en un tarro grande de cristal. Le encantaba el cristal.

-¿Quieres algo, princesa?-preguntó.

-Hola, Leb. Oye, ¿has estado con mi hermano?

-Sí, ayer.

-¿Está bien?- le extrañó el tono urgente aunque no tanto la pregunta.

-Pues... bien, desatado. Iba a venir a dormir aquí pero se fue con Ángela. Tenía toda la pinta de que luego iría a un after.

Escuchó a la perfección el suspiro de Summer al otro lado.

-¿Sabes si le ha pasado algo?

-No que yo sepa. Pero sí que parecía loco por salir por ahí.

-¿Sabes si se veía con alguna chica?

-¿A parte de con Ángela? Probablemente, ya sabes cómo es- resopló él. No le contaba todas sus conquistas porque la mayoría de las veces no las volvía a ver. Solo le hablaba de aquellas con las que tenía algo más largo.

-Me refiero a alguien especial, no sé.

-Pues... no. No que yo sepa. ¿Por qué?

-Me habló de una chica con la que había estado y me dijo que terminaría con Ángela. Pero cuando he hablado con él estaba colocado y no sé, me ha dado un rollo raro.

-Bueno,- sonrió LeBlanc, lacónico- no creo que nadie pueda romperle el corazón, si es eso lo que te preocupa. Si esta noche no aparece por aquí iré a buscarle. Oye, ¿tú estás bien?¿Cómo va ese finde en el lago?

-Es... bien, bien. Todo va genial.

Desde luego que todo no iba genial. No se conocían desde hacía tantos años como para saber lo que significaba ese tono de voz.

-Si no fuera bien podría ir a recogerte. O Grey, que lleve el coche. Por si no quisieras que Ezra la liara.

Escuchó un suspiro. La podía imaginar a la perfección; con el pulgar entre los dientes sin llegar a morderse las uñas, con la vista fija en el suelo, parpadeando muy rápido. Summer hacía eso cuando estaba nerviosa, pero no solía estar nerviosa.

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