Made something better, he kept it for himself
I'm not that stupid, I just need a lot of help
To understand how stupid you really are
Down at the bottom of the ocean I lay down
Nobody's coming, just continue to drown
And no one here could ever stop my ruin now now
And I know I've got not to fear
You'll get me outOh god, just get me out of here.
(Nobody's daughter - Hole)
Organizar la cocina era una de las cosas que más le gustaban. Ordenar en sí mismo: limpiar, buscar el sitio adecuado para cada cosa, asegurarse de que todo estaba donde debería estar. Le daba paz, le pasaba desde pequeño. Su abuela era una mujer muy apacible y muy ordenada: aunque nunca faltó de nada su casa había sido un hogar modesto. Su abuela decía que la limpieza y el orden dignifican todo. LeBlanc pensaba que tenía razón.
Los sábados iban al mercado a comprar y así echaban la mañana colocando la comida en los lugares asignados. Y después, cocinar, también en un proceso metódico. Cuando su abuela murió sintió que la necesidad de orden se apoderaba de él y se le fue de las manos. Lo acabó controlando. Volvió a ocurrir cuando su abuelo murió y cuando tuvo alguna crisis de estrés por el trabajo. Pero al final siempre conseguía volver a la calma. De alguna u otra manera.
Cuando el nombre de Summer apareció en la pantalla de su teléfono estaba metiendo los cereales en un tarro grande de cristal. Le encantaba el cristal.
-¿Quieres algo, princesa?-preguntó.
-Hola, Leb. Oye, ¿has estado con mi hermano?
-Sí, ayer.
-¿Está bien?- le extrañó el tono urgente aunque no tanto la pregunta.
-Pues... bien, desatado. Iba a venir a dormir aquí pero se fue con Ángela. Tenía toda la pinta de que luego iría a un after.
Escuchó a la perfección el suspiro de Summer al otro lado.
-¿Sabes si le ha pasado algo?
-No que yo sepa. Pero sí que parecía loco por salir por ahí.
-¿Sabes si se veía con alguna chica?
-¿A parte de con Ángela? Probablemente, ya sabes cómo es- resopló él. No le contaba todas sus conquistas porque la mayoría de las veces no las volvía a ver. Solo le hablaba de aquellas con las que tenía algo más largo.
-Me refiero a alguien especial, no sé.
-Pues... no. No que yo sepa. ¿Por qué?
-Me habló de una chica con la que había estado y me dijo que terminaría con Ángela. Pero cuando he hablado con él estaba colocado y no sé, me ha dado un rollo raro.
-Bueno,- sonrió LeBlanc, lacónico- no creo que nadie pueda romperle el corazón, si es eso lo que te preocupa. Si esta noche no aparece por aquí iré a buscarle. Oye, ¿tú estás bien?¿Cómo va ese finde en el lago?
-Es... bien, bien. Todo va genial.
Desde luego que todo no iba genial. No se conocían desde hacía tantos años como para saber lo que significaba ese tono de voz.
-Si no fuera bien podría ir a recogerte. O Grey, que lleve el coche. Por si no quisieras que Ezra la liara.
Escuchó un suspiro. La podía imaginar a la perfección; con el pulgar entre los dientes sin llegar a morderse las uñas, con la vista fija en el suelo, parpadeando muy rápido. Summer hacía eso cuando estaba nerviosa, pero no solía estar nerviosa.
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Salvajes
Teen FictionJuliet está rota porque quien debía quererla no la quiso. Ezra está en guerra con el mundo porque no sabe hacer otra cosa. LeBlanc tiene miedo de admitir que está enamorado. Summer siente tanta culpa que no es capaz de vivir del todo. Grey no tiene...