//25//

12.5K 633 3.3K
                                    

"Ina... no sigas por ahí que te vas a arrepentir".

"Ina, lo digo muy en... serio. Ufff, deja de hacer eso".

"Ina... J-joder, métetela entera en la boca... así, así... así".

"Ina... ahhhhh".

"Ina. Ina. I...".

—¡Ina!

—¡¿Qué?! —exclamaste asustada, pegando un bote en la silla sobre la que te sentabas.

—Llevo media hora preguntándote qué tal te fue la cita con Min Yoongi, ¿piensas tener la decencia de contestarme?

Miraste a la que creías que era tu madre mientras una mueca de total confusión se reflejaba en tu rostro sin querer. Al lado de la mujer estaba un hombre —tu padre, imbécil—. Y a tu lado...

—¿Jin?

—¿Qué te pasa? —preguntó tu hermano, con cara de asco.

¿Dónde estoy?

Miraste a tu alrededor, cerciorándote de que te encontrabas en un restaurante. Y la realidad te golpeó en el estómago de repente.

Esa mañana, Jin te había despertado dando golpes con una cuchara de madera en una cacerola, avisándote de que vuestros padres se dirigían al piso para recogeros e ir a comer todos juntos. El caso es que tú no habías dormido demasiado bien... ni demasiado en general, porque te habías pasado bastantes horas entretenida con el cajero.

Y aunque estuvieras despierta no podías dejar de darle vueltas a todo lo que viste y sentiste la noche pasada. Dudabas poder dejar de darle vueltas en lo que te quedaba de vida.

Jungkook es impresionante...

—Kim Ina, ¿se puede saber qué te pasa hoy? —cuestionó tu madre, más preocupada que cabreada.

—No he dormido bien —musitaste, bajando la mirada para encontrarte con algo extraño en un plato que no recordabas que estuviera ahí antes. ¿Cuándo habías pedido ese mejunje naranja?—. ¿Qué es esto? —le preguntaste a tu hermano, que torció todo el gesto una vez más, dirigiéndoles una mirada confusa a tus padres.

—Consomé de marisco.

—Ah...

—Innie, cariño, ¿te encuentras bien? —indagó tu padre.

—Sí, sí... Es solo que no he descansado mucho, ya os lo he dicho.

—Será por las horas a las que llegaste ayer —dejó caer tu hermano disimuladamente.

Le diste un golpe por debajo de la mesa, lanzándole una mirada amenazante. Ese pequeño intercambio comunicativo entre tu hermano y tú no había pasado desapercibido para vuestros padres, que se lanzaron miradas cómplices antes de volver al tema que más preocupaba a tu madre del mundo: la cita con Min Yoongi.

—Que fue bien, mamá, ¿qué quieres que te diga?

—Algo más a parte de un triste "bien" sería de agradecer.

—Pues pregunta algo más que un "¿cómo fue?" entonces —murmuraste desganada.

—¿Te gustó?

—¿La cita o el chico?

—El chico, Ina —suspiró la mujer, entornando los ojos como si fueras tonta de remate.

—Supongo que sí. Es un chico muy... —Como digas educado te vas a reír—... bastante... —Tampoco digas bueno, que se te va a ver el plumero— E-es un chico genial.

Erase meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora