Erase una vez, un príncipe de Sumatra que se adentro en el mar en busca de nuevas tierras. Se encontró con una isla donde había leones de melena blanca llamados Singas, por lo que llamo a la isla "Singapura". Un país lleno de estrechos que son atravesados por barcos y cargueros de todo el mundo. Un país cuyo patrimonio cultural es tanto occidental como oriental gracias al libre comercio, ¡Singapur!
- Santo cielo, al fin llegamos- dijo Polnareff
- Pasaremos la noche en un hotel para luego definir nuestra ruta a Egipto- dijo Josephine y señalo un edificio alto y elegante- Bien, nos quedaremos en ese hotel.
El grupo estaba caminando hasta que un fuerte silbido twitteando los tomó por sorpresa. Todos se volvieron y vieron a un policía enojado corriendo hacia ellos.
- ¡Oye, tú! ¡Te estoy hablando a ti!- el policia grito, señalando a Polnareff con el dedo- ¡Tiraste basura al suelo ¿no?! ¡Te ganaste una multa de 500 dólares de Singapur!
- ¿Qué? ¿500?- Polnareff ladeó la cabeza.
- En Singapur es ilegal tirar basura en la calle, tendré que multarte!
- 500 dólares de Singapur...- Kakyoin calculó.
- Son unos 40,000 yenes- dice Josephine.
- ¿Te quedo claro?- El policía meneó el dedo.
- ¿Basura?¿De que hablas?- Polnareff miró hacia donde señalaba el policía: era el equipaje del francés empacado en un saco viejo- Solo veo mi equipaje. ¿Podrías decirme de que basura me estas hablando? ¿Dónde esta la basura, oficial?
Polnareff sonrió pasivo-agresivo mientras palmeaba el hombro del policía.
- ¿Ese es su equipaje...?
- Exactamente
- No sabe cuanto lo siento.
Cuando el policía se disculpó, todos, excepto Joruko, se echaron a reír: Anne se rió más fuerte, Polnareff se dio la vuelta para mirar a la chica que dejó de reír y luego se dio la vuelta con un bufido.
- ¿Y a esa que le pasa? ¿Por qué sigues pegada a nosotros?- Polnareff le preguntó a la ex polizón mientras saltaba para sentarse junto a un lecho de flores.
- Oye ¿no ibas a ver a tu padre?- Josephine cuestionó.
- ¿Por qué no dejas de seguirnos y te vas?- le dijo el hombre de cabello plateado, no queriendo lidiar con un niño normal cuando tenían diferentes usuarios de Stand detrás de sus espaldas.
Anne se burlo.
- Me juntare con él dentro de cinco días. ¡Puedo hacer lo que me de la gana! No dejare que me den ordenes- Anne se cruzó de brazos con el ceño fruncido, su expresión se suavizó cuando sintió los ojos de Joruko sobre ella.
- Estará en peligro si se queda con nosotros- advirtió Avdol a los demás.
- Tal vez no tiene nada de dinero- sugirió Kakyoin.
Josephine suspiro.
- Esta bien...podemos pagarle el hospedaje en un hotel.
- Polnareff, haz que nos acompañe, pero procura no herir su orgullo- le pidió Caesar.
- A la orden- dijo Polnareff y se acerco a la niña- Oye, eres pobre ¿no? Nos encargaremos de ti, así que acompáñanos.
Anne tenía cara como si parecía lista para darle una patada en la rodilla.
El hotel que Josephine había sugerido era grandioso y estaba repleto de turistas, ciudadanos de Singapur, hombres de negocios y docenas de rostros coloridos. Tenía lujosos pisos de mármol dorado, cómodos sofás rojos de cortesía para descansar, luces de neón verdes y palmeras falsas para darle un ambiente relajante a una escapada de verano; estaba claro que el hotel era un lugar para ricos e ilustres.
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Nuevo mundo, nueva aventura
FanfictionEn 1989, Josephine Joestar viaja a Japón para ayudar a su nieta Joruko Kujo, ya que ambas despertaron un misterioso poder conocido como Stand en el momento en el que Dio vuelve a la vida, ahora usando el cuerpo de su ancestro Jonathan Joestar a su v...