¡Se unen dos nuevos miembros!

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- El barco que alquilé a la Fundación Speedwagon ayer debería estar aquí ahora mismo...- Josephine, acompañada por su nieta, Kakyoin, y Avdol caminaron por un puerto casi vacío antes de detenerse a mitad de camino cuando una figura se paró frente a ellos.

- ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo, Polnareff?- Avdol fue la primera en preguntar.

- No te he dado las gracias por librarme de Dio- respondió el francés.

- Deberías darle las gracias a Jojo- Avdol señaló a la delincuente ella misma.

- No es necesario- Joruko se encogió de hombros con frialdad, no le importaban las palabras de agradecimiento.

Avdol río alegremente.

- Parece que nadie quiere aceptar tu gratitud.

El francés hizo una mueca y luego suspiró

- Entiendo, detesto presionar a las personas. Pero hay algo más...- el rostro de Polnareff se relajó un poco y se volvió hacia Josephine- Madame Joestar, me gustaría hacerle una pregunta algo extraña.

- ¿Una pregunta extraña?- dijo Josephine confundida.

- Puede que me este entrometiendo, pero interactúa con personas de todo el mundo, ¿verdad? ¿Ha conocido o ha oído hablar de un hombre cuya mano izquierda es en realidad una mano derecha?- pregunto Polnareff.

Josephine parpadea, tarareando pensativamente.

- ¿Un hombre con una mano izquierda que en realidad es una mano derecha?... Que pregunta más extraña- murmura, pensando en todos los hombres que conoció mientras trabajaba, tanto como agentes de bienes raíces como con la Fundación Speedwagon. Sacudiendo la cabeza, finalmente responde- Desafortunadamente, no puedo decir que lo haya hecho. Puedo preguntar, ¿por qué quiere saberlo?

- Busco al hombre que mato a mi hermana menor- declara Polnareff, captando fácilmente la atención del grupo.

- No conozco su rostro, pero se que tiene dos manos derechas.

Con una expresión sombría, Polnareff se alejó de Joruko y compañía. para evitar el contacto visual en caso de que dejara que sus emociones se apoderaran de él.

Polnareff contó que hace tres años. Su hermana y una compañera de clases regresaban a casa caminando en un día lluvioso en su país natal, Francia. De repente, un hombre estaba parado al lado de la carretera, tenía un escudo a su alrededor para que la lluvia no lo mojara hasta que de repente, el pecho de su compañera se perforó cuando la sangre comenzó a salir y colapsar al suelo. El hombre abuso de su hermana y la mato estrangulándola hasta la muerte, era todo lo que él buscaba. Pero de manera milagrosa, su amiga sobrevivió al ataque y busco a Polnareff, dijo que jamás vio la cara del hombre pero que noto que tenía dos manos derechas. Nadie creyó en su historia además de Polnareff.

- Nadie creyó su testimonio. ¡Pero yo si! Porque pensé que ese hombre pudo haber tenido un poder similar al que tanto me esmere en ocultar- Polnareff se mordió el interior de la boca para evitar las lágrimas: la sensación de tener que detenerlas lo desgarró de adentro hacia afuera.

- No hay duda, es un usuario de Stand- Josephine declaró después de que Polnareff terminó la historia.

- ¡Jure que lo encontraría!

Polnareff se dio la vuelta para formar una garra con sus manos.

- ¡El alma de mi hermana no descansara en paz hasta que la vengue! ¡Lo matare con mi Stand! Y hace un año, conocí a Dio...

Después, les conto como conoció a Dio en uno de sus viajes y le implanto el brote de carne.

- Y luego me ordeno asesinarlos. Pensé que estaba haciendo lo correcto.

Nuevo mundo, nueva aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora