A 30,000 kilómetros de Japón, el grupo de Joruko por fin llega a El Cairo. El grupo tomo un taxi para llevarlos a la meseta de Guiza, hogar de las famosas e históricas Pirámides.
- Por fin llegamos- anuncio Josephine.
Todos estaban parados en una colina con vista a la ciudad de El Cairo. El sol salía por el este, proyectando un suave resplandor sobre la tierra. Sin embargo, ante la pirámide llamada Dio aguardaban algunas esfinges.
De repente, una ola de inquietud se apodero del grupo. Todos se ven afectados, excepto Caesar.
- ¿Qué ocurre?- pregunto Caesar a los demás.
- Me siento un poco raro- dijo Polnareff- ¿ustedes también lo sienten?
- Si- respondió Josephine- Es la primera vez que vengo a El Cairo, pero siento que...ya he estado aquí antes.
- Yo también- dice Joruko.
- ¿Podría ser una especie de deja vu?- pregunto Polnareff.
- No lo se. Pero no nos detengamos por eso ahora, tenemos asuntos más importantes que atender- dijo Avdol y saco la copia de la foto que Josephine tomo de la mansión de Dio- El Cairo es enorme. En vez de buscar sin rumbo, deberíamos revisar desde los extremos hacia el centro.
Después de que se tomó la vista general y no se encontró ningún edificio similar al que había tomado Hermit Purple, el grupo se movió y rápidamente entró en un pequeño establecimiento para pedir una bebida antes de reanudar su búsqueda final.
En lugar de hacer lo habitual que habían estado haciendo, los cinco se pararon detrás del mostrador con expresiones ilegibles y cautelosas en sus rostros mientras esperaban que el cantinero se diera la vuelta y los saludara mientras Iggy les tenía un desliz como de costumbre.
- Bienvenidos, forasteros- los saludó el hombre- ¿Qué desean?
- Queremos preguntarle algo- dijo Josephine, mostrándole la fotografía de la mansión de Dio- Buscamos el edificio de esa fotografía. ¿Sabe donde esta?
- Señoras y señores extranjeros, están en una cafetería- dijo el camarero- Pidan algo, por favor.
- Entonces denos cinco tés helados- pidió Caesar, manteniendo la guardia alta mientras Avdol movía una mano hacia adelante y colocaba el dinero en la barra.
Mientras el cantinero servía sus bebidas y examinaba la imagen, los otros clientes en el bar los observaban con atención mientras bebían alcohol o fumaban sus narguiles egipcios.
- No, no conozco ese lugar.
Cuando el hombre les dijo eso y se alejó de ellos, los cinco crusaders mantuvieron sus expresiones cautelosas y ocultas incluso cuando simultáneamente agarraron los vasos y bebieron sus bebidas en movimientos coordinados notables, dejando los vasos vacíos sobre la mesa antes de desviar la mirada a los demás clientes.
- Vamos, seguiremos investigando- ordeno Josephine al grupo.
Pero antes de que el grupo se vayan, alguien dentro del bar dijo.
- Yo conozco ese edificio.
Josephine y sus compañeros se detuvieron y localizaron la voz. La voz era de un hombre de cabello oscuro y bigote recortado. Tenía un rastro de tatuajes claros a los lados de la cara, marcados por líneas horizontales finas negras. Viste una camisa blanca, corbata oscura y chaleco estampado con espirales. En su mesa hay un plato de pescado, un par de barras de chocolate y una botella de alcohol.
- No hay duda alguna, debe ser ese edificio- dijo el hombre mirando al grupo mientras barajaba una baraja de cartas.
- ¿Fu-fuiste tú el que acaba de hablar?- exigió Josephine- Dijiste que lo conoces ¿no?
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Nuevo mundo, nueva aventura
FanfictionEn 1989, Josephine Joestar viaja a Japón para ayudar a su nieta Joruko Kujo, ya que ambas despertaron un misterioso poder conocido como Stand en el momento en el que Dio vuelve a la vida, ahora usando el cuerpo de su ancestro Jonathan Joestar a su v...