Mariah y Bastet, Parte 2

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Josephine y Caesar trataron de caminar al ver que Mariah se estaba alejando, pero volvieron a tropezar.

- ¡No puedo creer que mi cuerpo también se convirtiera en un imán!- exclamo el italiano.

- Cálmate, Caesarino- dijo Josephine- Ahora que te afecto el hechizo, no hay vuelta atrás. ¡Concéntrate en derrotar al Stand! ¡¿Adonde se fue esa mujer?! ¡Maldición!

- No la veo.

La pareja lucharon por separarse. Pudieron levantarse y trataban de llegar a la cerca para tratar de separarse pero se detuvieron cuando notaron a dos niños que los estaban mirando.

- Jojo, esto se esta volviendo vergonzoso.

- Oigan ¡¿que están mirando?!- les dijo Josephine a los niños- Estamos practicando un baile. Nos encanta bailar al aire libre- Pero los niños no se iban, lo que la enojo- ¡Váyanse, maldita sea!

Tan pronto como los niños se fueron, lograron alcanzar a la cerca de madera sin caerse para usarlo como palanca para despegarse.

- Bien. Caesar ¿puedes torcer tu cuerpo e intentar alejarte lentamente?

- Creo que si.

Caesar se agarro de la cerca.

- Sujétate de la cerca, así comenzare a bajar hasta llegar a tus pies- dijo la mujer- Como nuestras cabezas están pegadas, tu cabeza y mis pies deben tener la misma polaridad y repelerse entre si.

- B-bien.

Josephine lentamente comenzó a deslizarse por el cuerpo de su esposo. Sin embargo, Caesar se empezó a sentir incomodo, ya que este tipo de cosas prefería hacerlo cuando estaban solos y dentro de un dormitorio, no en el exterior, donde cualquiera podía verlos y malinterpretarlo todo.

- ¡E-Espera, Jojo!- la detuvo Caesar, con la mejillas sonrojadas.

- ¿Q-que pasa, Caesar?- pregunto Josephine.

- ¿Esta posición...no es vergonzosa? Si alguien nos viera así...

- ¡Nadie nos mira, voy a apresurarme! ¡AAAAAHHHH!- dejo escapar un grito agudo.

Josephine vio que más niños locales se habían reunido alrededor.

- ¡Trajeron a sus amigos!- chillo la anciana- ¡Oigan, lárguense! ¡Dejen de mirarnos!

Los niños continuaban mirándolas.

- ¡Les dije que se vayan, malditos mocosos!

- ¡Jojo, rápido! ¡Sepárate de mí!- exclamo Caesar, avergonzado.

- ¡Es más fácil decirlo que hacerlo!- chillo Josephine pero no podía apartar su cara de donde estaba.

- Entonces lo haré yo.

Caesar se giro bruscamente y hizo que él y Josephine se separaran. Estaban felices de ser libres, pero el magnetismos las volvió a unir. Y ahora sus entrepiernas estaban juntas.

Josephine chillo al ver que su situación embarazosa empeoro. Con las manos colocadas en Caesar, trato de alejarse presa del pánico pero para los niños, pareciera que ellos estaban chocando uno con el otro.

- ¡Jojo! ¡Si sigues moviéndote así...!- Caesar trato de detenerla, pero de repente se le ocurrió una idea.

Caesar toma un respiro y permite que su Hamon le atraviese.

- ¡Life Magnetism Overdrive!- grita, enviando un pulso de Hamon a través de ellos.

Finalmente, los dos se liberaron y bajaron por la colina al otro lado de la cerca.

Nuevo mundo, nueva aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora