Capítulo 22

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Capítulo 22

V: Heriberto... (Reacia a coger las flores)

H: no tengo perdón, lo sé... (Acercándose hasta quedar frente a ella) Y sería cobarde de mi parte excusarme... Pero estaba en el quirófano...

V: Hasta las 2 de la mañana... (Dejando el ramo sobre el escritorio)

H: Casi hasta la 1...

V: ajam... (Ocupándose en organizar unas carpetas)

H: por favor, Victoria... (Inconscientemente o inteligentemente despejando el área del escritorio) Me vas a tener aquí implorándote perdón...

V: no es necesario...

H: Te prometo que no vuelve a ocurrir... (Dándole lentamente la vuelta al escritorio) Y sabes bien que cumplo mi palabra... Es más, como en los 2 desfiles anteriores, seré el primero en llegar... (Sacando un pañuelo blanco cuando estuvo detrás de ella)

Victoria sonrió al ver el pañuelo agitándose frente a ella...

V: Heriberto...

H: ¿Paz...? (Rodeándole la cintura con la mano libre y pegando su cuerpo al de ella)

V: para mí es muy importante que me acompañes en cada desfile... (Dando un giro sobre sus talones)

H: y yo lo sé mi amor... (Aunque acaba de enterarse a decir verdad) Para mí también lo es... Pero recuérdamelos siempre... Tengo tanta neurología metida en la cabeza que a veces le hace sombra a lo más importante... (Diciendo esto segundos antes de besarla)

Y en el momento en que sus bocas se tentaron, Heriberto supo que había sido indultado.

Entonces como ya se sentía con derechos, la besó como solía hacerlo siempre... Emanando un calor corporal al envolverle la cintura con sus brazos y recibiendo la respuesta de Victoria que le rodeó el cuello...

Él la apretó contra su cuerpo y se movió para besarla con más profundidad... Reconociendo su sabor y catándola de una forma especial...

El amor... La química... El deseo... La atracción física...

Y a pesar de que no se querían separar, lo hicieron para tomar aire... Un par de segundos nada más, pues nuevamente sus labios se entrelazaron a la perfección... Con mucha normalidad... Con una pasión y con una intensidad abrumadoras...

Mientras él la sujetaba de una forma tan íntima y posesiva que apretaba su pelvis contra la de ella... Haciéndola sentir su tirantez bajo los pantalones...

H: ¿Hace cuánto se durmió Fer...? (Dejando caer la chaqueta a su espalda)

V: unos minutos antes de que tú llegaras... Pero alguien puede entrar...

H: no... (Yendo él mismo por el nudo de la corbata) Cerré todo cuando llegué...

La mirada de Victoria se clavó en la cunita donde su hija dormía... Hasta que la mano de Heriberto le tomó el rostro para que lo mirara a él... Coincidiendo en un pensamiento... Nada grave sucedería si la niña llegara a despertar...

Ella se le había metido debajo de la piel... Gracias a ella sabía lo que era perder el autocontrol por una mujer...

Centró otra vez sus ojos sobre los labios de Victoria, que lo atrajeron como un imán... Besándola sin control... Aprisionándola nuevamente entre sus brazos y rozándose contra ella...

Victoria se extasió cuando se dio cuenta de lo mucho que la deseaba...

Todo era muy sencillo y claro, cuando ellos 2 se besaban entraban en otra dimensión...

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