TRES PALABRAS

INTRO

Introducción

Era un día maravilloso... El clima era templado, el sol estaba en todo su esplendor...

Era la hora en la que las niñeras acostumbraban a sacar a los niños al parque, y por qué no una que otra madre... Y a lo mejor se podría encontrar hasta a un padre...

Los infantes jugaban y corrían ante la mirada de quienes los cuidaban...

Risas y vocecitas infantiles... Era esto lo que quizás atormentaba más el alma de la joven mujer que paseaba por ahí a esa hora.

Su cabello negro perfectamente sujetado con un prendedor, y quien se detenía a mirarla podría adivinar la tristeza que la consumía con solo mirarla a los ojos... Que a pesar de ser de un hermoso color miel, estaban apagados...

>> Del otro lado del parque...

Posiblemente el niño más lindo físicamente en todo el parque, facciones finas, rondaba por ahí los 4 años de edad, sus cabellos rubios alborotados volaban mientras corría detrás de una pelota, pero la mirada verde estaba clavada en su héroe, su padre... Que se había despojado de la corbata y la chaqueta, más no de los costosos zapatos de vestir para jugar fútbol con el pequeño...

El sonido del teléfono interrumpió el juego. Sin dudas era una llamada de importancia, pues el hombre hizo un alto, para sacar el móvil del bolsillo.

Xx: Max, tengo que contestar el teléfono, eh...

Max: ¿Ya nos vamos?? (Con el balón en las manos)

Xx: No hijo, pero es del trabajo... ¿De acuerdo?

Max: Si papi...

Xx: No tardo... (Ya con el auricular en su oreja)

El niño dejó caer la pelota al suelo y empezó a patearla y a correr detrás de ella... Se tropezó con una cinta del zapato y cayó de bruces contra el césped.

Por supuesto que el llanto no se hizo esperar y la única que se atrevió a acercarse y ayudarlo fue la solitaria pero hermosa mujer...

Yy: ¿Estás bien pequeño?? (Levantándolo del suelo e intentando calmarlo)

Max: ¡Me caiiiiii! (Con un llanto normal para su edad)

Yy: Vamos a ver dónde te golpeaste... Está todo bien, mi amor...

Xx: ¡Suelte a mi hijo!! ¡No lo toque!! (Arrebatándole el niño de los brazos a esa extraña)

Aquella mujer y quienes presenciaron la escena se llevaron un susto, ese hombre era un loco, apareció como una fiera defendiendo a su cachorro.

Yy: ¿Qué le pasa?? Yo solo intentaba ayudar al niño. (Muy envalentonada luego del susto)

Xx: Para eso tiene a su padre. No necesita a nadie más, fíjese.

Yy: Pues yo lo dudo, ¿Cómo la ve?? ¡No se hubiera caído si usted lo estuviera cuidando!

Y el cruce de miradas no se hizo esperar más. Fue como si se detuviera el tiempo... Los ojos verdes de él se clavaron en el rostro de aquella perfecta desconocida que decía haber ayudado a su hijo...

Muy hermosa a decir verdad, además de joven y delgada... Con curvas como a él le gustaban... Sin exageración... Muy femenina, sin necesidad de tacones, con poco maquillaje y ropa sencilla, que a pesar de todo realzaban su belleza...

Por su parte, ella también contempló al ejemplar de galán que tenía en frente... Alto, con un porte increíble, hombros anchos... Simplemente guapísimo, en un segundo supo a quién se parecía el niño...

Pero eso sí, con un tornillo suelto por la forma en que reaccionó y evidentemente de humor de perros...

Y con la voz más varonil y sexy que había escuchado en sus 21 años.