Capítulo 48

1.3K 77 7
                                    


Capítulo 48

Quien disparó, corrió y se subió a la camioneta... Arrancando antes que el guardián llegara corriendo.

V: ¿Estás...Bien...? (Con los ojos entrecerrados y hablando con dificultad)

H: si mi amor... Yo sí... Pero tú no hables... (Cayendo de rodillas al suelo con Victoria entre sus brazos)

Guardia: ¡Doctor!! ¿Qué pasó?? ¡La señora!! (Horrorizado al ver a su patrona herida de bala)

H: ¡Háblale a una ambulancia!! ¡Rápido!!

Los primeros auxilios eran indispensables en accidentes como ese...

Con una mano presionó en la lesión, mientras que con la otra buscaba y sacaba el pañuelo limpio de un bolsillo interior de la chaqueta...

Lo puso como tapón sobre la herida para detener la salida de sangre...

Se quitó la chaqueta con mucha dificultad, para cubrirla del frío... ¡Sintiéndose impotente! ¡Era todo lo que podía hacer en ese momento!!

V: mi amor... (Sintiendo una quemazón terrible en lado izquierdo del torso)

H: todo estará bien, mi vida... No hables... (Estrechándola con infinito cuidado)

V: Tú... Tú... ¿Estás...Bien...?

H: si mi amor, yo estoy bien... (Besándole la frente y haciendo presión en la herida)

V: abrázame... Tengo frío... (Cerrando los ojos completamente)

H: Victoria... No te duermas, mi vida... Por favor... Mi amor... Mi amor... ¡¿Qué pasa con la ambulancia???!

Guard: ¡Ya viene para acá doctor!! (Llegando con el jardinero, el chofer y el ama de llaves)

Jar: ¿Cómo podemos ayudar, doctor??

ADL: ¡Dios mío! (Al ver a su jefa, fue la más impactada que el resto por el simple hecho de ser mujer)

H: ¡traigan frazadas para cubrir a mi esposa, por favor!

Los paramédicos llegaron en la ambulancia y el Dr. Ríos Bernal no se separó ni un solo instante de Victoria.

En todo el trayecto y aún cuando llegaron al hospital, no dejó de dar órdenes, preguntar, inquirir, intervenir en los procedimientos que le realizaban a su mujer.

Quedando ante todos como un sabelotodo prepotente, altanero y soberbio. Pero es que ninguno de ellos sabía que no nada más la mujer herida era su esposa y madre de sus hijos, sino también la mujer que amaba profundamente y por la cual su corazón latía y se esforzaba día a día por ser una mejor persona...


*EMERGENCIAS*

Rod: ¡Heriberto!! ¡Me avisaron que traían a Victoria herida de bala!! (Apresurado junto a la camilla que transportaba a la esposa de su mejor amigo)

H: ¡Le dispararon, Rodrigo!! ¡Hay que llevarla al quirófano!

Rod: ¡Tenemos todo listo, amigo! Pero tú tendrás que esperar afuera. (Deteniendo a Heriberto y los camilleros se llevaron a Victoria)

H: ¡No! ¡Yo voy a entrar con ella! (Concentrado en ver a dónde llevaban a su esposa)

Rod: ¡Heriberto No! ¡Conoces de sobra nuestro código ético! (Conteniéndolo para que no siguiera a los camilleros)

H: ¡Me importa poco todo en este momento! ¡Entraré con Victoria! (Dándole el empujón que ni de niños le dio a su amigo)

Todo con tal de no dejar sola a Victoria.

TRES PALABRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora