𝐈𝐂𝐄: Percy Jackson.

016. 𝗍𝗁𝖾 𝖺𝗋𝗍 𝗈𝖿 𝗅𝖾𝗍𝗍𝗂𝗇𝗀 𝗀𝗈.

016. el arte de dejarlo ir.

CORRIERON HASTA QUEDAR EXHAUSTOS. Aidan y Rachel los mantenían alejados de las trampas, pero se movían sin otro objetivo que alejarlos de aquella siniestra montaña y del rugido de Cronos.

Se detuvieron en un túnel de roca blanca y húmeda que parecía formar parte de una cueva natural. No oía que los siguiera nadie, pero no por eso Kathleen se sentía más segura. Aún tenía presentes en su imaginación aquellos ojos dorados y antinaturales en el rostro de Luke, y también la ya conocida sensación de sus miembros petrificandose poco a poco.

—No puedo seguir —jadeó Rachel, llevándose las manos al pecho.

Annabeth no había cesado de llorar durante todo el trayecto. Ahora se desplomó y escondió la cara entre las rodillas. El eco de sus sollozos rebotaba por todo el túnel. Aidan miraba cauteloso a Kathleen que mantenia fija su vista en la pared. Nico y Percy se sentaron juntos. Él dejó su espada junto a la suya e inspiró, tembloroso.

—¡Vaya mierda! —dijo, expresión que resumía bastante bien la situación.

—¡Nos has salvado la vida! —le dijo Percy.

Nico se limpió el polvo de la cara.
—Han sido las chicas las que me han arrastrado hasta allí. Es en lo único en lo que estaban de acuerdo: debíamos ir a ayudarte o con Kathleen acabarían fastidiándolo todo.

—Es agradable saber que confían tanto en nosotros. —Ilumino la cueva con la linterna. Caían gotas de las estalactitas, como una lluvia en cámara lenta—. Pero tú, Nico. . . te has delatado.

—¿Qué quieres decir?

—Hombre, esa columna de piedra. . . Ha sido impresionante. Si Cronos no sabía quién eras, ahora ya lo sabe. . . un hijo del inframundo.

Nico frunció el ceño.
—¡Qué más da!

Annabeth alzó la cara. Tenía los ojos irritados de tanto llorar.
—¿Qué. . . qué le pasaba a Luke? ¿Qué le han hecho?