007. 𝗂𝗆𝗉𝗋𝗂𝗌𝗂𝗈𝗇𝖾𝖽 𝗂𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗎𝗇𝖽𝖾𝗋𝗐𝗈𝗋𝗅𝖽.

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007

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007. presos en el inframundo.

KATHLEEN SE AFERRÓ A LA MANO DE PERCY TODO EL TRAYECTO

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KATHLEEN SE AFERRÓ A LA MANO DE PERCY TODO EL TRAYECTO. Las escaleras seguían y seguían, interminables: estrechas, empinadas, resbaladizas. Estaban rodeados de oscuridad, salvo por el brillo de sus espadas.

Procuraban ir despacio, pero la perra tenía otras ideas y avanzaba dando saltos y ladrando con alegría. El eco de los ladridos rebotaba por el túnel como cañonazos. Desde lúego, no pillarían a nadie por sorpresa cuando llegaran al final.

Nico tendía a quedarse rezagado, cosa rara.

—¿Estás bien? —le preguntó Kathleen.

—Perfecto. —Tenía una expresión peculiar. ¿De duda tal vez?—. No se paren—añadió.

No tenían muchas alternativas, así que siguieron a la Señorita O'Leary hacia las profundidades. Después de dos horas, empezaron a oír el rugido tumultuoso de un río.

Emergieron al pie de un risco que se abría a una llanura de arena volcánica. A la derecha, el río Estigio salía a borbotones de las rocas y se lanzaba rugiendo por una cascada llena de rápidos. A la izquierda, al fondo de la penumbra, ardían hogueras en los baluartes del Érebo: las grandes murallas negras del reino de Hades.

Percy se estremeció de pies a cabeza. Habían estado allí por primera vez cuando tenían doce años. Y solo la presencia de sus amigos lo ayudo a seguir. No parecía que Nico fuera a ser de gran ayuda en ese sentido, porque él mismo estaba pálido y muy inquieto. Para su suerte, estaba Kathleen que se mostraba igual de impasible que siempre.

Sólo la Señorita O'Leary se movía la mar de contenta. Correteó por la orilla, pescó entre las fauces una tibia humana que encontró por allí y regresó trotando. Se la dejó a los pies y aguardó a que se la lanzara.

—Hum, quizá luego, chica —dijo, mirando las aguas oscuras y procurando no amilanarse—. Bueno, Nico, ¿cómo seguimos?

—Primero tenemos que cruzar las puertas.

 𝐈𝐂𝐄: Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora