Querido lector fantasma.
Te quiero pedir un favor.
Me encantaría que votarás.
Y que la estrellita tocarás.
Para apoyar está historia.
Y tener capítulos sin demora.
-MJ**********
— Dios mío.
Eso fue lo único que pude pronunciar tras lo que él me había contado.
Vivió la segunda guerra mundial en carne propia, perdió su vida al ser secuestrado, perdió su brazo y fue manipulado mentalmente para hacer cosas atroces. Luchó en la guerra que salvo al mundo entero y luchaba con sus demonios internos.
No sabía que responder, la sola idea de pensar que las manos que habían sostenido mi rostro tantas veces, habían asesinado a cientos de personas.
Pero el no era consiente de ello. Su mente estaba siendo dañada.
— ¿Lisa?— Tomo mi mano con cierta timidez, supongo que pensaba que iba a alejarme.
Él se ha mostrado confiable durante todas estas veces, jamás nos había hecho daño. Los niños le querían. Era un hombre modelo, sin embargo, ocultaba demasiado tras aquellos ojos tristes que me miraban en ese instante.
Parpadeo quitando las lágrimas de mis ojos, y tomo aire queriendo calmarme.
"¿Por qué la vida tuvo que hacerle tanto daño a él?"
— No, no, no. No llores.— Su mano limpio mi rostro, tenía un gesto de angustia. Ansioso volvió a tomar mi mano y se acercó a mi.— Nunca te haría daño, jamás. Puedo manejar lo que me sucedió, recibí mucha ayuda. Jamás sería capaz de ponerte una mano encima o en Ben y Ana. Por favor, no me temas. No lo soportaría.
Ver su estado vulnerable me removió el corazón, sostenía mi mano entre la suya con cuidado y me miraba con desesperación.
Esto me hizo querer soltarme a llorar. Trate de calmarme, no quería causarle más angustia. Me solté de su agarre y lleve mi mano a su mejilla. El cerro sus ojos.
— No merecías pasar por eso.— Susurré con un nudo en su garganta.
Mi comentario pareció descolocarlo ya que me observo confundido.
— ¿No me tienes miedo?
Negué de inmediato tomando su rostro con ambas manos.
— No me has dado razones para temerte.— Acaricio sus labios levemente con mis dedos, el suspira.— Además, lo que sucedió no fue tu culpa.
— Lose, pero no dejo de pensar que eso es así.
— Escúchame bien, eres James Barnes. Un soldado veterano de 100 años, Cuidaste de los niños y de mi sin rechistar. Dejaste tu vida atrás, para venir con nosotros. Eres un buen hombre, Bucky. Que tu mente no diga lo contrario.
El se quedó en silencio, me observo por largos segundos, en los que pensé que había dicho algo que no le había gustado. Pero tuve que ahogar un grito cuando se lanzó a mis labios, besándome con fiereza, empujándome en el sillón. Correspondo el gesto cerrando mis ojos, pero pronto el se aleja y me observa con sus ojos brillantes.
—¡ por todos los dioses existentes! — Jadea y sonríe.— Te amo.
Pierdo el aliento por varios segundos y siento mis ojos lagrimear, sonrió enormemente al oírle.
— Parece que también siento lo mismo.— contestó sintiendo un inmenso calor en mi pecho. Acaricio su nuca.— También te amo.
El vuelve a besarme tumbandome por completo en el sillón, enredo mis brazos en su cuello disfrutando el gesto. Hasta que escucho la televisión en la habitación de los niños, me separo jadeante, el suspira y besa mi mandíbula cortamente para después recostar su rostro en mi cuello.
— Tengo unas intensas ganas de besarte hasta cansarme.
Siento mis mejillas rojas, y beso su mejilla abrazándolo y acariciando su cabello.
— Tenemos toda la noche, para eso.— conteste, el alzo su cabeza y sonrió.
— Que atrevida.
Golpeó su hombro con fuerza y el ríe entre dientes besando mi frente para después ayudarme a levantar. Pero antes de que pudiera alejarme, el me abraza con fuerza. Cierro mis ojos disfrutando el gesto, sintiéndome por primera vez en años. Amada.
Sin poder evitarlo beso sus labios una última vez, el suspira y enreda sus manos en mi cabello.— ¡Lisa!
Nos separamos lentamente, limpio sus labios con delicadeza queriendo quitarle lo irritado de su piel.Pero esto no fue posible.
— No hemos terminado.— Dice el besando mis dedos.
— ¿Es una amenaza soldado?
El nuevamente me besa y observo sus ojos brillantes cuál estrella. Acaricia mi cuello con su nariz y Susurra.
— Eres magnífica.
Río avergonzada quitando los mechones de cabello de su rostro. Tomo sus mejillas con ambas manos, sintiendo el cálido latir de mi corazón al observar que me veía diferente, con amor y dulzura.
Así que, ¿así se sentía estar enamorada?
— ¡mamá Lisa! ¡Ayúdame!
Me separo de golpe al escuchar el grito de Ben, rápida y torpemente corremos hacia la habitación. Al entrar, suelto un jadeo realmente sorprendida. Me detengo en el umbral de la puerta tratando de comprender que sucedía frente a mis ojos.
— ¿Lisa?
No respondo ante el llamado de bucky, y mantengo mi vista en Ben que se encontraba flotando por el techo, sin necesidad de arnés o algo que lo mantuviera ahí. Bucky pasa frente a mi tratando de alcanzarlo, fallando en el intento. Los ojos aterrorizados de Ben me observan.
— ¡Dile a Ana que ya no es gracioso!
¿Ana?
Volteo en busca de la bebé y la encuentro de pie recargada en la cama, viendo en la dirección donde su hermano volaba. Ella tenía una sonrisa traviesa en sus labios.
¿Ella...estaba haciendo eso? ¿Cómo era posible?
— ¡Mamá!— Lloro Ben tratando de aferrarse a algo para dejar de moverse por el techo.
Dejo de lado mi shock, para acercarme a la bebé que al verme llevar mantuvo su sonrisa.
— ¡Ana! Baja a tu hermano en este instante. — digo más duro de lo que planeaba a hacer. Ella hizo un perchero y dando una mirada más a Ben se dejó caer sentada en la alfombra y se llevó una mano a la boca para mover sus pies. Cómo si nada hubiera pasado.
Escucho el grito de Ben, y alcanzo a ver cómo bucky logra sostener su cuerpo antes de caer al suelo de golpe. Ben corre pronto a mis brazos y se suelta a llorar.
Comparto una mirada con bucky, que me veía igual de confundido.
"¿que mierda acaba de pasar?
NO COPIAS NI ADAPTACIONES
MAJO
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Hasta lo Imposible
Fanfiction- Steve Rogers me contrato para proteger a los niños. Voy a terminar mi trabajo y los protegere hasta saber que están seguros. - Esto será arriesgado, ¿lo sabes no? Puedes morir. Trague saliva sonoramente, Ana se quejo entre mis brazos, baje la vist...