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— Dios, esto sabe a gloria.— Los ojos de Lisa lloraron al probar el pan que James había tostado y untado con chocolate. Al notar esto, limpio avergonzada sus ojos.— Lo siento.

— Esta bien linda, lo entendemos.

Lisa asintió tímidamente volviendo a comer, James compartió una mirada de impotencia con Sam que suspiro con pesar. Ambos habían visto lo mucho que ella había cambiado, primeramente por el gran apetito que tenia, james había cocinado hamburguesas para que ella comiera y lo hizo, se comió 3 hamburguesas y en esos momentos iba por el postre.

Lisa le había dicho a James lo poco que había comido los días que estuvo encerrada y en el hospital, por ello Sam fue a comprar los ingredientes mientras que james empezaba a preparar todo para ella.

— El abogado llamo.— Sam dijo dejando la servilleta usada en su plato ahora vació.— Vendrán esta tarde para ver como va todo.

— Pueden esperar hasta mañana.— James musito con molestia, Lisa poso su mano sobre su brazo.— Acabas de salir del hospital.

— Oye, esta bien.

— Pero...— Ella se puso de pie para besar su mejilla con dulzura.

— Estoy bien, puedo manejarlo. Me voy a bañar, ¿mis cosas siguen donde mismo?

— Esta en los cajones junto a la mía.— Lisa alzo una ceja.— No iba a dejarla en las maletas.

Ella suspiro y asintió dando un ligero apretón en el brazo para después dejar el plato en el fregadero e ir a la habitación por su ropa.

— ¿Mamá lisa a donde va?— Ben pregunto al verla irse del comedor, tenia sus mejillas llenas de catsup, james limpio su rostro con una servilleta.

— Va a bañarse, volverá en unos minutos.

— No volverá a irse, ¿verdad?— Los ojos de Ben se cristalizaron ante la idea, james negó sintiendo un nudo en su garganta.

— No amigo, ella se quedara.

Ben asintió y con pasos lentos fue a sentarse nuevamente para continuar con sus papas fritas, pero en cuanto cruzo el pasillo que daba a la puerta del baño se detuvo y se quedó de pie ahí esperando algo, James iba a preguntar que pasaba cuando se escuchó el ruido de la regadera, eso pareció tranquilizar a Ben que se dirigió hacia el sillón donde estaba comiendo.

— El estaba....— Sam comenzó sintiendo un nudo en su garganta al verlo, James asintió frotando su rostro.

— Estaba comprobando que ella seguía ahí.— Solto un suspiro largo.

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Lisa se envolvió en una toalla y al salir de la regadera se detuvo frente al espejo del lavabo, observo su rostro con ojeras y el cabello mojado que se le pegaba a la cara. Bajo la vista hacia su hombro izquierdo notando las puntadas que le habían puesto y que seguían ahí sosteniendo su piel.

Paso sus dedos por la herida amoratada y cerro sus ojos al recordar el dolor y los ojos de aquel hombre del que no podía recordar su nombre.

"No me extrañes mucho, querida. Volveré cuando menos te lo esperes."

Lisa soltó un jadeo retrocediendo de golpe al escuchar esa voz como si estuviera junto a ella. Apretó la toalla a su pecho volteando a todos lados en el pequeño baño encontrándose sola ahí dentro.

Estaba alucinando de nuevo.

— ¿Lisa?

Ella trato de calmar su respiración y se reviso una vez más en el espejo, tomo aire y valor para abrir la puerta, encontrándose a James viéndole preocupado.

— ¿Sucede algo?

El parpadeo varias veces y negó, Lisa no entendía el por qué de su reacción, hasta que noto que el había visto la herida del hombro puesto que no se había colocado la gasa que la cubría.

— No, solo quería ver si estabas bien.— Murmuró posando sus ojos en ella, luego le diría que el abogado la visitaría después, no quería que se molestara cuando se enterara de que amenazado a Matt para que la dejara en paz unos días.— ¿Te duele mucho?

— No.— Mintió, le ardía bastante por el jabón que le había caído a la herida al ducharse.

— ¿Quieres que te ayude a vestir?

Ella lo pensó, el tan solo bañarse fue un problema enorme al tratar de no lastimar su hombro.

— Espera unos segundos.

Ella rápida y torpemente se puso la ropa interior y cuando se colocó el brasier no pudo abrocharlo por lo que sosteniendo la toalla en su cintura abrió la puerta dejándolo entrar.

James trago saliva queriendo desaparecer el sonrojo de sus mejillas al verla de esa manera. Con sus manos temblorosas abrocho el brasiere y le ayudo a colocarse la camisa, al notar que era de él, sonrió.

— ¿Ahora me robas ropa?

— Mi pijama me aprieta los hombros.— sonrió como disculpa, James sonrió bajando la camisa, tomo los shorts que ella se pondría y le ayudo a ponérselos con cuidado.

— Ya quedó señorita.— Sonrió levemente. Lisa le imitó con sus mejillas sonrojadas.

— Podrías ayudarme a desenredarme el pelo? Si no lo hago será un suplicio.— Pidió de manera tímida. El asintió y tomo el peine que ella tenía, con cuidado comenzó a desenredar su cabello  tratando de no jalar de más y lastimarla.— ¿Dónde están Ben y Ana?

— Viendo la televisión, Sam ya se fue a su casa dijo que volvería mañana. — Contestó concentrado en deshacer un nudo en el cabello.

— Gracias Bucky.— Murmuró ella viéndolo por el espejo sintiendo su corazón explotar de su pecho al verlo tan concentrado en ayudarle.

— No agradezcas nada preciosa, lo hago con gusto.— beso su hombro sano y continuo con su trabajo.— Aunque aquí entre nos, prefiero que me llames James.

— ¿Porque?

— Solo tú me llamas así, y eso...me hace sentir bien.— confesó con sus mejillas rojas, Lisa sonrió y volteo a verlo para besar sus labios.

— Entonces, James será a partir de ahora.

El sonrió, beso su frente y la obligó a voltearse hacia el espejo para continuar su trabajo, ella río entre dientes.

— Tengo que terminar con mi misión, deja de moverte.— la regaño cariñosamente. Se quedaron en silencio mientras el hacia una trenza con cuidado y al terminar sonrió.— Listo, perfecta como siempre.

Ella se llevó la trenza al frente de su hombro sano y sonrió sorprendida.

— Te quedó bellísima.

— Lo que la hace bella eres tú.— Beso su frente y tomo su mano.— Vamos, le prometí a Ben que veríamos Rapunzel con ellos.

Ya en el sillón con los niños sobre sus piernas y con James a su lado procurando que Ben no lastimara por accidente su hombro, Lisa pudo sentirse cómoda por primera vez en semanas, tan cómoda que cuando Rapunzel finalmente conocía a Flyn rider, ella había caído dormida recargada en el pecho de James.

— ¿La despierto? Esta es la mejor parte— Ben dijo al ver a la mujer suspirar tranquilamente en sus sueños.

James sonrió enternecido y negó.

— Déjala dormir. Tuvo un día muy largo.

Ben asintió comprendiendo  y con cuidado beso la frente de la mujer.

— Buenas noches mamá Lisa.— Susurró.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO


Hasta lo ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora