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La suave respiración de Ben era lo único que escuchaba bucky aquella noche. Observo de reojo al pequeño que se había quedado dormido sobre su pecho tras llorar por su madre durante horas contiguas.Lo acomodo en la cama con sumo cuidado al lado de su hermana y tras arroparlos, se sentó en la orilla de la cama viéndolos en silencio.

Ellos sentían su ausencia, la extrañaban demasiado y al no saber cómo apaciguar su llanto, Bucky no tuvo más remedio que tomar una de las blusas de Alisa y dársela a los niños para que pudieran dormir bien al menos gran parte de la noche. Al parecer, su olor los tranquilizaba.

Bucky cubrió su rostro con pesar apretando su cabello entre sus manos con fuerza, casi lastimándose.

"¿Cómo pudo permitir que pasará eso?"

El rostro aterrado de Lisa no podía dejar de proyectarse en su cabeza, apretó los dientes ante la impotencia.Se la habían arrebatado justo frente a sus ojos, y no había podido hacer nada.

Habían pasado tres días desde su arresto, que fueron los días más lentos y agonizantes que James no había vuelto a sentir desde que pudo obtener el control total de su mente, después de que Hydra lo usara.

No saber dónde o como estaba le hacía sentir una horrible ansiedad en el pecho. Si fuera por él, ya se encontraría en su búsqueda y destrucción de los que la habían incriminado y el hombre que la había lastimado al obligarla a subir al auto, estuviera bajo tierra en ese instante.

Pero no podía, tenía a Ben y Ana bajo su cargo, escucharlos llorar casi a gritos le hizo detenerse. Ellos no podían estar solos.

Soltó un suspiro desde lo más profundo de su pecho y Frotó su rostro con cansancio. No dormía bien, sentir que ella estaría en peligro o herida no le permitía descansar.

La puerta sonó varias veces, él ex soldado del invierno se levantó de la cama y cerro la puerta con cautela no queriendo despertarlos.Observo por la mirilla y rodó sus ojos.

— ¿Que es lo que quieres?

— Hace un frío horrible aquí afuera, por si no lo sabías.!— Sam se quejo al no ver qué la puerta se abría.

— No abriré hasta saber que es lo que quieres. No volveré a cometer el error de confiar en ti, si te abro quizá me arrestes a mi también.

Sam se quedó en silencio.

— Te dije que no estaba involucrado en su arresto.

— No es casualidad que las veces en las que estuviste con nosotros, ocurrió algo.— Acuso James contra la puerta apretando con fuerza sus puños.— Cuando viste a los niños la primera vez, te fuiste y nos atacaron. Luego, nos encuentras, confiamos en ti nuevamente y arrestan a Alisa. Confiar en ti nos está condenando.

— Yo no tuve nada que ver en todas esas cosas. Vamos, fui amigo de Steve también, no dañaría a sus hijos en lo absoluto. El confiaba en mí, me dio su escudo ¿recuerdas?

James suspiro con pesar. Apretó sus dientes, y abrió con brusquedad.

— Si algo vuelve a ocurrir,  no dudaré en matarte.

Sam entro soltando un suspiro ante el frío que se había colado en su cuerpo. No respondiendo a lo que había dicho.

— ¡Aquí está más helado que afuera!— Frotó sus brazos viendo la oscuridad de la casa.— ¡Prende la maldita calefacción.!

— Está prendida en la habitación de los niños.— Bucky se acercó a la cocina tomando un vaso para servirse agua.

— Puedes hacer que prenda en toda la casa, ¿sabías?

Hasta lo ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora