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Lisa abrió sus ojos de golpe cuando un escalofrío recorrió su cuerpo por completo, se sentó a duras penas sintiendo que sus manos se encontraban atadas tras la espalda. Trato de mantener la calma, pero al encontrarse en absoluta oscuridad le hizo comenzar a asustarse.

—¡¿James?!

— ¡¿Lisa?!

Ella se removió buscándolo entre la oscuridad, vio su silueta en un rincón y cuando quizo avanzar hacia el algo la detuvo abruptamente. Una reja de metal era la que le impidió acercarse, estaban en una celda húmeda y fría, Lisa sintió sus piernas frías y casi entumecidas ya que el vestido que portaba se había alzado sobre sus muslos dejándola semi desnuda y con muchísimo frió.

— ¿Estás bien? - Escucho el arrastre de James a su lado, y ella se recargo en la reja cansada, sintió su presencia justo al lado.

— Solo tengo frio, estoy bien. - susurro recargando su cabeza en uno de los barrotes. — ¿qué hay de ti?

Escucho el chasqueó de lengua de james cerca de su oído, estaban espalda con espalda con la reja de metal separándolos.

— Esos hijos de puta me quitaron en brazo.

— ¿el de metal o el real?

—¿Por qué demonios me quitarían el brazo real?!- Gruño james molesto, Lisa se estremeció al lado y apretó sus labios.

— Lo siento, estoy asustada. - susurro moviendo las manos para soltarse de lo que le tenía atada, reviso en silencio lo que le rodeaba obligando a su vista adaptarse a la oscuridad. — ¿Porque no hay nadie cuidando la celda?

— Quizá por qué me quitaron el brazo y piensan que ya no soy una amenaza para ellos.

— Tienes razón. Además, deben de saber que, si yo logró salir y me hacen daño, Wilmot sentiría lo mismo. - Susurro Lisa pensativa.

— ¿Como supiste eso?

— ¿Estamos conectados recuerdas? Lo que yo sienta, él lo siente cuando lo activa.

— Espero que no haya activado nada mientras teníamos Sexo ayer. - mascullo molesto, Lisa chillo.

— ¡Cierra la boca!

— ¡no! ¡Ojalá me escuché el hijo de puta! - bramó pateando la reja con fuerza, Lisa tuvo que alejarse de los barrotes debido a la vibración molesta. — ¡Aparece cobarde!

— ¡James cierra la boca! ¡No sabemos si tienen a los niños!

— Sam cuida de ellos, están mejor que nosotros, créeme.

—¿Y si no? ¡Esto no es casualidad! ¡Cada que confiamos en Sam, algo sucede!

— ¡Por dios Lisa! ¿Enserio? ¡¿Acusaras a Sam por esto?! ¡Él nos ha ayudado todo este tiempo!

— ¿Que otra opción tenemos?!- Grito Lisa fuera de sí, comenzaba a enojarse enserio.

— ¡Quizá fuiste tú la que lo guio a nosotros! - grito james, Lisa cerro la boca, no contesto, se puso de pie a duras penas para acercarse a la otra sección de la celda. Al no escuchar respuesta alguna, James maldijo por lo bajo. — Lo siento.

— No, tienes razón.

— No estaba hablando enserio...

— Cállate.

— Lisa...

— James cállate, alguien viene.

Ella retrocedió hasta el fondo de la celda y parpadeó varias veces cuando la luz invadió la oscura habitación, Lisa pronto notó que james estaba sucio de lodo y ella tenía su vestido lleno de suciedad al igual que sus piernas desnudas.

Hasta lo ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora