Capítulo 12

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Niamh Browne

Haziel

Nada.

Absolutamente nada.

― No pudo irse así no más. ―rumorea Bered a Ahilud―. ¿Hay otro lugar donde no buscamos?

― Buscamos en cada rincón, hasta en el interior de cada cuadro, hasta encima de las lámparas de araña. ―rezonga Ahilud―. No puede ser que no haya nada, ni un pelo.

No pudo irse así no más. De un segundo a otro. No era un caído veloz, no huele a azufre. No era un ángel, su tamaño no era apropiado.

¿Quién demonios vino y se fue así no más?

― Llamaré de nuevo a Jared. ―sugiere Bered y no lo detengo.

― A Enid también. ―sugiero dándome la vuelta hacia ellos―. Necesitamos otras medidas de búsqueda.

¿Qué haré con la Jephin de Selma?

Maldita sea.

― ¿Crees que debamos buscar mejor en los niveles subterráneos? ―pregunta Ahilud y lo miro con cara de póquer.

― Acabas de decir que buscamos hasta dentro de los cuadros. ―le recuerdo y él rezonga.

― ¿Crees que sea un Nefil? ―la sugerencia de Bered me hace mirarlo.

― ¿Un Nefil?

― Sabes que es lo único que no perciben los ángeles Centinelas, a los humanos y a los Nefilim. ―explica―. Y los humanos solo entran con ángeles, y los Nefilim nunca entran, no tienen cómo.

― ¿Qué haría un Nefil aquí? ―pregunta Ahilud y siento una sensación desagradable en mi pecho.

Ellos lo notan porque me miran con interés.

Estoy empezando a sudar.

Demonios.

― ¿Ya llamaste a Jared y a Enid? ―camino por los pasillos hacia el Gran Salón Principal.

No, no es eso, Haziel.

Bered solo está sacando teorías falsas, y aunque eso fue lo que mi mente me insinuó al principio no estoy dispuesto a profundizar en esa teoría porque no es posible.

― Haziel...

― No sigas, déjame pensar. ―le pido con voz gruesa.

― Bueno, no había pensado en lo que dijo hasta que lo dijo. ―murmura Ahilud y mi velocidad sobrenatural hace de las suyas para llegar al Gran Salón un segundo después.

― No hay ningún Nefil que quiera venir a mi morada. ―hablo con rudeza y coloco mis puños encima de la gran mesa de madera oscura cerca de una ventana.

― Bueno, podemos sugerir que hay es un Nefil enviado por los caídos que están involucrados en la Rebelión.

― ¿En la Rebelión? ―pregunto mirándolo con irritación―. Eso no tiene sentido, ningún Nefil actual tiene la capacidad de saltar ese gran ventanal de veinte metros de altura.

― Ningún Nefil actual puede si quiera sobrevivir a las bajas temperaturas que hay desde la Ruta hasta aquí. ―opina Ahilud en forma de reclamo hacia Bered también―. De hecho, los "nefilim" actuales ni deberían llamarse así, no tienen...

― Hay uno. ―interrumpe el acusado y mis puños se aprietan con más fuerza.

― No. ―gruño.

― Sí lo hay. ―continúa como si nada―. Y no traten de evadir el tema, sé que ambos no hablan de ello...

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora