Capítulo 4

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Floire

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Floire

El día de mi cumpleaños es muy movido porque mi madre ha decidido hacer una cena pomposa. Mi padre ha comprado licor, y Evan está decorando una pared con globos junto a Elsie y las gemelas. La pared está en el espacio abierto de la casa, el cual está entre el comedor y la sala de estar, al frente tenemos una pared de cristal reforzado que nos deja ver un mirador lleno de luces ―obra de Evan― y al fondo árboles que sé que se verán hermosos cuando empiece a nevar muy pronto.

Esa pared de cristal ha estado cubierta con una cortina desde que estoy aquí porque no me gusta la exhibición, y aunque desde afuera no se vea nada del interior no me siento bien paseándome en pantis, la sensación de que me miran existe así sepa que no es cierto.

― Piensa bien. ―refunfuña Elsie―. Mira la lámpara, cuando tomemos las fotos...

― Joder, traje un par de aros de luz. ―rezonga Evan―. No soy tonto, sólo infla los globos, Elsie Herrera.

― Sigo insistiendo que es una exageración, decorar ese mirador también fue extravagante.

― Tendrás lindos recuerdos de tus cumpleaños, Nia. ―me regaña Evan y me cruzo de brazos mirando de reojo que las gemelas están jugando con el inflador eléctrico―. Que vivas en el exilio no significa que tu cumpleaños es un día normal.

― Bueno, el cumpleaños pasado también hicieron una exageración. ―comento.

― Recuerdo que me fui a Manhattan un día después. ―opina mi amiga―. Mia, primero los de color beige.

― ¿Cuál es beige?

― Oh, Mia, este es. ―masculla su gemela y el teléfono de Evan suena.

― Apuesto mi salario próximo a que es Bethany. ―me dice Elsie y Evan gruñe alejándose unos cuantos metros para atender la llamada―. ¿De verdad es gentil?

― Bethany es tímida. ―admito―. Pero es gentil, no hace malas caras y parece que de verdad le caigo bien.

― Bueno, no he tenido la dicha de conocerla. ―farfulla.

― Pero, no luce con Evan. ―susurro haciéndole señas―. Es decir, ella también parece saberlo todo, no creo que tener los mismos gusto ayude, ¿Tú qué piensas?

― Pienso que todo estará bien mientras no se casen. ―murmura―. Por lo menos deben conocerse cinco años más. ―eso me hace reír.

― Por Dios, Elsie. Estás loca.

― Ese es mi opinión, sé que otros opinan muy diferente pero... será por eso que nunca duro más de cinco meses saliendo con alguien.

― Bueno, quizás estás destinada a algo mejor. ―alzo mis cejas con diversión y ella se ríe.

― Estoy esperando que Dios me mande un ángel caído del cielo. ―bromea y mi sonrisa se esfuma.

Dios, ¿Cómo pueden bromear con eso?

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora