Lila
Blay no apareció durante semanas.
Elsie pasó conmigo Navidad y Año Nuevo, le alegué a mi madre que no fui por problemas del clima. Gracias a la nieve.
No negaré que Evanie lloró varios días por Mia; cada vez que se acordada de ella deseaba irse, pero la mascota que Arien le regaló aminoró su dolor. Yo también me he encariñado con el gato que particularmente no deja pelos por todos lados. Eso es raro.
― Es un gato británico de pelo corto. ―la voz de Evanie me hace levantar mi vista hacia donde ella está. Desde esta parte de la cocina puedo ver donde está jugando al lado de un mini tobogán color rojo que Arien le compró en Navidad.
― ¿Con quién hablas? ―le pregunto caminando hasta donde está ella mirando disimuladamente a todos lados.
― Con mi ángel de la guarda. ―dice sin mirarme mientras acaricia a Junko.
― ¿Tú qué? ―me pongo alerta y ahora sí empiezo a mirar hasta en el mínimo rincón. Son casi las cinco de la tarde, el cielo está despejado, no veo nada sospechoso.
No siento nada sospechoso tampoco.
― Evanie, tú no tienes ángel de la guarda. ―la cargo metiéndola a la casa.
― ¿Por qué no?
― Porque... no. ―susurro cerrando la puerta con seguro―. Es decir, tienes... muchos ángeles de la guarda. ―sonrío forzadamente.
No es mi intención matarle sus ilusiones.
― ¿Estaba alguien contigo? ―la miro fijamente y Junko me pasa por los pies acariciándome con la cola―. Evanie, respóndeme.
― No había nadie. ―susurra y no me convence.
Ella no es susceptible a la coacción. Pero... uno nunca sabe.
― Bien. ―le doy un beso en la frente y ella entiende que ya se puede ir a ver TV.
Pronto cumplirá cuatro años, parece mentira, pero sí. Es una niña hermosa, su cabello está largo, hace un par de días corté sus puntas y luego de eso su cabello tomó leves hondas haciéndolo más hermoso, de un color chocolate oscuro perfecto, a la luz del sol parece tener reflejos de un rojo oscuro que obviamente no sé de dónde sacó esos genes.
Ella tiene agilidad para el baile, la he visto repetir las danzas que ve en los reality shows de la TV, se la pasa dando vueltas con Junko en sus brazos y ya me ha dicho que quiere ir a clases de ballet. Mi madre inscribió a Mia hace un mes y supongo que los comentarios de Mia cuando habla con Eva por video llamada también le han despertado la curiosidad.
Estas semanas han sido hermosas a pesar de mi preocupación porque alguien nos haga daño. Todo ha ido bien, no ha pasado nada del otro mundo. Me encanta pasar tiempo con Evanie, es como si todo el tiempo que no pude hacerlo ya se me está recompensando.
Mi mente no ha dejado de pensar en Blay y siento algo de culpa por no buscarlo más, pero... no sé dónde carajos puedo conseguir al querubín, hace un mes dejé de frecuentar demonios, ninguno de ellos me hace caso y solo consigo que me ataquen.
Cabe destacar que sí, he ido a quemar la maldita pluma cada diez días. En total han sido diez veces, desde esa última vez que vi a Haziel, hasta hoy, quince de marzo.
Mientras meto ropa blanca a la lavadora los pensamientos de culpabilidad llegan a mi mente.
No entiendo por qué Blay no ha aparecido. Debe haber una razón, un motivo, algo, no sé. Me niego a pensar lo peor, sé que no puede morir, pero sé que para ellos la muerte es estar encarcelado en el Quinto Cielo. Y no, eso no pudo haber pasado. Me niego a pensarlo.
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Sangre de arcángel
Fantasy[EN EDICIÓN] "La mente humana, nefil y angelical no tendrán ni la más remota idea de los acontecimientos que están por venir. ¿Puede existir algo tan fuerte como la mezcla de sangre entre las criaturas más poderosas que han sido creadas alguna vez...