Capítulo 40 (Parte 1 y 2)

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Puede que hayan muchas decepciones en este cap.
Pero exijo respeto de antemano.
Cualquier comentario ofensivo nivel 3 será borrado.

Violeta

Ha sido difícil lidiar con toda la ansiedad que traigo encima. Hemos ido dos veces a mi casa y hemos regresado otras dos veces más porque Haziel ha tenido que operar con el Clan.

Nunca he dicho el nombre de Jared más de dos veces y siempre cuido no decirlo más de una vez en cada oración siempre que esté él cerca. No he tenido el tiempo suficiente para pensar las cosas.

Han pasado veinticinco horas en la Tierra, y veinticinco días en el Beta. Gracias a Dios he pasado horas en la Tierra, porque no me imagino pasando más de tres semanas aquí sin hacer nada.

Haziel también ha intentado persuadirme en cuanto a mi decisión de no aceptarle sus intentos de besarme, pero es un arcángel testarudo.

― Tarde o temprano sucumbirás, Niamh.

― No voy a sucumbir, es hora que lo vayas aceptando. ―le aseguro mientras estoy haciendo una ensalada de frutas en la cocina que ellos me han equipado en la morada de Blasius.

― Bloqueas tus aromas porque no quieres que yo sepa que aún me amas.

Joder. Si este cuchillo fuese de Adhamanti se lo clavaría justo ahora.

― Ya hemos hablado de esto muchas veces. ―me giro para mirarlo. Él va vestido con ropa deportiva color blanca.

― Y yo ya te he dicho muchas veces que no te creo.

― ¿Qué tengo que hacer para que me creas? ―extiendo mis manos con exigencia―. ¿Buscarme un novio?

La seriedad arropa sus expresiones y miro como entorna los ojos poco a poco.

― Si te buscas un novio no cambiaré de opinión, sabré que lo haces para encabronarme.

― Oh, por Dios ―me masajeo las sienes―, las emociones de un arcángel son fuertes, y solo ahora lo entiendo ―lo miro― tu obsesión y testarudez sobrepasa mi límite de paciencia.

― Sé que le estás sacando el cuerpo a Jared, eso solo significa que no quieres darme ideas erróneas. ―mira hacia la despensa sin interés―. Y si no quieres darme ideas erróneas...

― ¿Y qué pensarías si te digo que lo evito porque me gusta? ―pregunto con normalidad y él no se inmuta.

― No te gusta Jared, Niamh. ―me mira con aburrimiento y me ofendo.

― ¿Por qué piensas eso?

― Sólo lo sé.

― Pues no sabes nada. ―espeto y él rueda los ojos.

Me hiere mucho que él crea que me conoce, porque claramente no me conoce.

― En algún momento dejarás de evitarme.

― No se trata de eso. Las acciones que has tomado hasta ahora me mantienen lejos de ti, ¿si recuerdas nuestra última charla luego de darme el collar con las Veljeax hace más de cuatro años? ―enarco una ceja―. Tú decidiste llevarme al Beta, eso es secuestro.

― Nunca te obligué a nada.

― Me dejaste a mi suerte el día del juicio con las Jerarquías porque no querías pretenderme, casi me mandas al infierno por tu propia culpa. ―ataco.

― Llegué a tiempo.

― Pero eso no quita tus malas palabras, gestos incómodo sobre mi presencia y tú arrepentimiento de haberme salvado. ―alzo la voz―. Necesito que me digas por qué lo hiciste, me debes esta conversación y lo sabes.

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora