Sangre de arcángel

Capitulo 33

Serkan

Me tomó media hora llamar la atención, apenas la puerta se abrió empecé a luchar torpemente dándoles a entender que no sé pelear bien.

― Belial te va a dar un castigo.

― ¡No me importa! ―chillo lanzándoles la silla con enojo. Sólo hay cuatro de ellos, todos quieren estrangularme, pero no pueden.

― Escucha, perra... ―él caído que está más cerca de mí se calla cuando me lanzó hacia los que están en la puerta.

Es más que obvio que ellos pueden más que yo, pero he notado que no me tratan con violencia, simplemente no me dejan salir y no se dejan golpear.

― No estás en condiciones de pedir nada, eres una prisionera...

― ¿Ah sí? ―jadeo feroz y vuelvo a lanzarme hacia ellos. Forcejeo como una fiera y tres me sujetan llevándome de nuevo a la cama.

― Busca a Kaiser. ―espeta uno y juro que quiero sonreír.

Le he dado al clavo.

― ¿Qué? ¿Por qué?

― Búscalo y ya, joder.

Diez minutos le toma a Kaiser llegar. Hasta ese punto le mostré mis garras cuatro veces más a los tres caídos que se quedaron custodiándome.

Cuando Kaiser entra lo hace de mal humor, me mira con seriedad, casi con enojo.

― Tranquilízala o terminaré matándola.

― ¿Qué te hace pensar que yo puedo hacerlo? ―replica él.

― Eres como ella, es obvio que puedes.

Me quedo jadeando mirando como salen los caídos uno a uno, todos con miradas asesinas y él que tiene los cabellos largos parece que un ciclón pasó por su cabeza.

Cuando cierran la puerta Kaiser se cruza de brazos, está de pie a menos de dos metros de mí. Es alto, tengo que corroborarlo.

― Hay dos cámaras en esta celda. ―avisa en mi mente y evito sorprenderme. Si me ha hablado así es porque no me quiere meter en problemas.

― No quiero estar en esta celda, quiero volver a tu torre. ―rezongo.

― La respuesta es no, y debo hablar a viva voz o pensarán que estoy de tu lado.

― ¿Por qué me dejan aquí? No quiero estar aquí. ―empiezo y él rueda los ojos.

― ¿Acaso me vez cara de tomar esas decisiones aquí?

― Prefiero oírte cantar las canciones de Eminem todo el tiempo así no cantes bien.

Sí.

Canta horrible, pero solía escucharlo rapear todo el tiempo y eso no le salía tan mal. En cambio era una tortura cuando elegía canciones de Bruno Mars.

― Esa no es una opción que puedas elegir.

― Quiero volver a...

― Deja de pedir eso. ―me reprende mentalmente.

― Desconfío de todos.

― Que no me hayas visto en mis momentos de ira no significa que yo sea bueno.

― Eres menos cruel que los demás. ―aclaro―. Por lo menos en tu torre no habían esos parlantes.

Él quiere exasperar, no sé por qué o cómo, pero lo sé.