Capítulo 38 (Parte 1 y 2)

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Curiosidad

Me mantengo mirando al piso, hace casi un minuto que Jared dijo lo que nunca debió decir a viva voz.

― ¿Lo sabías? ―pregunta con un tono de voz neutro y gélido.

― Es algo muy... ―suspiro pasándome las manos por la cara―. Es muy difícil de explicar.

― Niamh, ¿Evanie es hija de Haziel o no?

― Es que no entiendes.

― Haz que lo entienda. ―espeta alzando la voz y le doy la espalda.

Es un tema delicado.

Tan delicado que ni en mi mente lo pienso. Si no está en tu mente, no existe. Y es evidente que su enojo es porque le he dado descendencia a un arcángel.

― Cuando regresé del Beta... ―carraspeo―. Es decir, casi dos meses después, a principios de febrero, yo ―respiro hondo―, noté algo extraño.

― No te detengas.

― Hubo un momento en que dejé de usar mis escudos, dejé de bloquear todo, en realidad estaba deprimida. ―susurro―. Blay llegó y lo supo al instante. Al parecer, nunca Haziel, ni Bered, ni tú lo notaron porque yo tenía bloqueado todo de mí, mis aromas, mis sentimientos, el hecho de que ya no era... virgen. ―musito lo último.

Silencio profundo e incómodo.

― Nunca estuve con nadie que no fuese Haziel, es obvio que Evanie es su hija. ―farfullo y me muerdo el labio. Él no dice nada y yo no soy capaz de mirarlo―. Blay dijo que fueron siete días que estuve desaparecida, son cinco meses y medio en el Beta, pero sabemos que hubieron muchas ocasiones que estuve en la Tierra, con horario terrenal.

― Sin embargo, fueron cerca de cuatro meses y medio en el Beta. ―dice con voz sigilosa. Está sacando cuentas―. ¿Nunca notaste nada extraño?

Me giro, pero no lo miro. Sólo miro la mesa, su gabardina oscura.

― No.

― Niamh, es un embarazo. ―me regaña―. Evanie nació en marzo, siempre pensé que podías haber mentido con la fecha y que en realidad nació meses después. ―mi vista se fija en la suya.

― ¿Pensabas que Evanie era hija de Blay? ―alzo mis cejas con impresión y él solo se cruza de brazos mirándome a la expectativa.

― No.

― Yo nunca tuve una barriga enorme, cuando Blay se dio cuenta que estaba embaraza ni siquiera tenía un abdomen abultado. ―discuto―. Él sólo me acompañó a hacerme la prueba. Recuerdo que cuando llegó marzo mi abdomen apenas se notaba. Blay dijo que el bebé no era un bebé común como suelen ser los bebés humanos, y que podría tener un crecimiento rápido.

Jared entorna poco a poco sus ojos.

― No tiene lógica. ―habla―. Los Nephilim tardaban unas cuantas semanas más en nacer, mientras que una humana tenía un embarazo de nueve meses, cuando se trataba de un Nephil puro el que venía en camino, el embarazo duraba diez meses.

― ¿Qué?

― Eran recién nacidos de más de ocho kilogramos, las madres morían dando a luz. ―explica con un tono enojado―. Todas las que dieron a luz a la primera y segunda generación murieron.

― Evanie pesó tres kilogramos. ―me defiendo mirándolo con desdén―. Un bebé normal, completamente sano y a término según los médicos. Yo estaba bien cuerda cuando pasó.

― ¿A término? ―alza sus cejas―. Regresaste el primero de diciembre a Berwyn, y Evanie nació el veintitrés de marzo. ―alza su mano en un puño y va liberando un dedo a medida que cuenta cada mes―: Enero, febrero, marzo. Diste a luz tres meses y medio después de regresar del Beta.

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora