Capítulo 21

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Terafim

― Tienes que irte. ―jadeo poniéndome de pie cuando mi amiga intenta ayudarme a levantarme―. No. ―la aparto y miro que tanto el libro como la especie de cofre donde vino están en el piso.

Ella me dice algo, pero Mia se pone a llorar cuando se despierta y yo recojo el libro del piso con manos descontroladas. Como puedo lo meto en el cofre y hace un ruidoso click cuando cierra.

― ¿Qué es...? ―mi amiga no termina la frase porque nuevamente tocan la puerta con insistencia.

― Elsie, debes irte. ―farfullo caminando hacia donde está Eva sentada en el borde la cama estrujándose los ojos. Miro a Mia que ha dejado de llorar y parece estar confundida por el lugar donde se ha despertado.

― No me iré, mírate, estás a punto... ¿Es de oro? ―chilla al ver bien el Princek.

― Escucha, la historia es muy larga. ―mis palabras salen torpes. Cargo a Eva para ponerla de pie en la cama. La miro a los ojos y ella sólo me observa. No parece asustada, ni nerviosa.

― ¿Qué pasa?

― Evanie... ―sacudo la cabeza y miro a Mia.

No puedo.

No puedo dejarlas ir.

― ¿Por qué lloras? ―susurra Eva y me limpio las lágrimas.

Yo decidí traerlas aquí.

Lo hice porque no iba a poder verlas durante un largo tiempo. Yo las vi llorar todas las noches, las vi gatear... las vi caminar por primera vez... yo las amo como si las dos fuesen mías. No puedo dejarlas con mis padres sabiendo que corren peligro, sé que ellos estarán bien, ellos no son un blanco fácil, pero ellas son pequeñas.

No voy a dejarlas.

― ¡¿Quién es?! ―chilla Elsie abriendo la puerta con enojo. Es tarde para regañarla.

― Escuchen, si no nos vamos estaremos fritos. ―Arien entra como si nada al interior. Solo me mira a mí, esperando mi orden quizás.

― Yo no me iré sin Niamh. ―espeta Elsie poniéndose frente al caído―. ¿Quién eres? ¿Cómo llegaste aquí?

Elsie es alta, pero tiene que alzar su barbilla para poder mirarle con desafío. Arien debe medir casi dos metros. No me había dado cuenta de ese detalle. Él la ignora.

― ¿Niamh? ―pregunta Arien en mi dirección y yo miro a Mia. Parece una muñeca, piel blanca, ojos verdes, cabello rubio y un poco desordenado.

― Tienes... ―carraspeo―. Tienes una tarea, si lo haces mal, yo soy la que te voy a cortar las alas, Arien. Te lo juro. ―la amenaza en su mente llega con un poco de dolor porque él la sacude.

― Si haces eso te meterás en problemas con Blasius.

― Blasius está metido en problemas conmigo desde ahora. ―refuto y él se confunde.

"Poder que condena y libra de la condenación".

Me quito la chaqueta luego de sentar a Eva. Seguidamente dejo los brazaletes de Floire en la cama. De hecho, los lanzo con odio a la cama.

― Vámonos. ―me pongo la chaqueta rápidamente―. Elsie toma a Mia. ―la miro―. Ya que no quieres irte, entonces... si llegas a vomitar te dejaré en la primera casa que vea. ―ella no entiende y yo no pierdo mi tiempo en mirar qué hace.

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora