Capítulo 20

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(Sígueme en wattpad, please)

Un caído de ojos violetas


Voy volando a Berwyn en avión.

De esta forma ellos no van a encontrarme tan fácilmente. Y con los pensamientos a mil por hora.

Primera vez que no pago un boleto para ingresar a un vuelo comercial, y primera vez que no me siento mal engañando a los demás usando glamour. De hecho, también he usado coacción muchas veces en menos de dos horas. Y... he acabado con un par de uñas debido a mi ansiedad por saber de ese ángel estúpido y por ese arcángel celoso.

El avión aterriza sin problemas y yo mantengo la calma. Sé que si Blay salió ileso del encuentro con Luci me debe estar buscando por los alrededores, pero han pasado algo más de diez horas desde que huí de mi casa dejándolos allí.

Y todo va bien. Mi plan va bien. Compré una mochila más grande, en la cual metí la capa sedosa, el bolso de pecho y todas las estrellas ninja que me traje de Calipse. El par de espadas siguen en mi espaldas, más firmes y seguras que antes porque he apretado más la correa.

Solucionaré mis incógnitas con mi padre después. Él tiene que entender que debo seguir mis instintos. Él sabe que lo que hice tiene una razón y sé que la respeta. Muy en el fondo lo sabe.

Salgo del aeropuerto en busca de un taxi, nadie nota nada extraño en mí por el glamour que he aplicado. Elsie debe estar esperándome donde le dije desde hace minutos, ya son las diez de la mañana y creo que le dije que estaría aquí a las nueve y media.

El taxi conduce a la dirección que le doy, está a diez minutos de aquí. Elsie ya debe estar allí, puesto que a ella le tomaba solo una hora en llegar aquí.

― Es aquí. ―susurro un poco sobresaltada y el taxi se detiene casi bruscamente.

Bajo del auto quejándome del peso del Princek. Gracias al glamour que tengo todos ven a una anciana entrando a sus setenta años.

Cruzo la calle empezando a ponerme nerviosa. Son muchas las cosas que pensé durante estas diez horas. Si Haziel y Jared están en el Beta han visto diez días, mientras yo... ni once horas desde que atravesé la Ruta de regreso.

Mientras entro a la tienda de la estación de combustible me acomodo el cabello. No hay personas aquí, y no es difícil localizar a Elsie entrando al segundo pasillo del local.

La felicidad se instala en mi pecho y me aproximo a ellas. Claro, ahora mismo ven a una anciana, pero empiezo a trabajar para ser más yo, más joven, más Niamh. Pero... con un bolso en mi espalda.

― Llegué. ―anuncio cuando estoy a menos de dos metros de ella.

― ¡Cariño! ―chilla y me abraza. No solo ella, sino las gemelas también.

― Tenemos mucho tiempo esperándote. ―se queja Eva y me pongo de cuclillas para abrazarla. A ella y a Mia.

― Ya estoy aquí, ¿Vieron que sí nos volvimos a ver pronto?

― Veinte horas no es pronto. ―habla Elsie y la miro―. ¿Me explicas este complot?

― Nia...

― Escuchen, debemos irnos ya. ―les digo enderezándome―. Tendremos tiempo de hablar mucho, por ahora...

― ¿En qué consiste todo esto? ―Elsie se cruza de brazos y baja la voz―. No todos los días me robo dos niñas. Dijiste que me explicarías, accedí porque dijiste que era de vida o muerte, y que tú...

― Está bien, te prometí que iba a explicarte todo, pero vámonos de este lugar. ―digo con afán y Eva se aferra a mi pierna derecha.

― Cárgame por favor, no quiero caminar. ―gimotea la niña y accedo.

Sangre de arcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora