VII: Tᴜ ɴᴜᴇᴠᴀ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ.

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Con su brazo reposado sobre la mesa recargando su rostro en la palma de su mano, mirada puesta en la ventana que daba a su lado, observando a los transeúntes pasar y con la esperanza de que uno de ellos fuese quien esperaba, se encontraba, Jennie

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Con su brazo reposado sobre la mesa recargando su rostro en la palma de su mano, mirada puesta en la ventana que daba a su lado, observando a los transeúntes pasar y con la esperanza de que uno de ellos fuese quien esperaba, se encontraba, Jennie.

El sonido de una campanilla que anunciaba la entrada de un cliente, la alertó, al punto de girar su rostro por encima de su hombro hacia la entrada y casi se erguía de pie, pero la decepción invadió su rostro al no ver a quien creía. Llevó la mano a su cuello mientras frotaba, casi obtuvo un tortícolis con el movimiento tan repentino y brusco de su cabeza.

—Srta., —llamó el mesero atrayendo sus pupilas hacia él— ¿quiero otro café o algo más?

Jennie apartó la mano de su cuello y la coloco frente a ella para detallar la hora en su reloj de muñequera. Llevaba casi una hora de espera, vacilo un poco, pero a la final decidió tomar su tercera taza de café y sus últimos minutos de espera.

—Una taza de café. Mejor que sea un latte de vainilla, por favor.

Regresó su atención a la ventana, hizo una mueca mientras aceptaba que aquella tardanza era una negación indirecta a su invitación. Tomó su teléfono por décima vez, detallándolo como si no lo hubiese hecho antes, observando las llamadas, los contactos donde el acicate de sus dedos jugaba sobre un contacto queriendo hacer una llamada, donde su decisión se plasmó sobre su pulgar marcando una llamada.

Con cada tono, más aumentaba su arrepentimiento tan vivo en sus inquietas pupilas y bailoteo constante de su pie izquierdo, iba a colgar muy decidida...

—Bueno —fue la contesta cuya voz la percibió tan de cerca, como si no fuera a través del auricular, haciéndole dejar en un suspiro suspendido su contestación—. ¿Debo acostúmbrame a tus llamadas sin contestación alguna? ¿Acaso existe algún lenguaje que trate sólo de respiraciones?

—Llevo mucho esperándote, Lisa. ¿Vendrás o no? ¿Te arrepentiste? —no había terminado de hablar cuando la llamada fue colgada—. Agh, esta mujer —murmuró mirando la pantalla de su celular donde vacilaba en realizar otra llamada.

—No me podría arrepentir de algo que no decidí —el teléfono de Jennie, saltó en sus manos y casi cae al sobresaltarse por aquella voz que percibió a su espalda—, pero sí me puedo arrepentir de lo que decidí.

—Dios, Lisa —musitó agitada la castaña mientras Lisa, tomaba asiento frente a ella, clavándole su miraba fija cuyo color de ojos era intenso, oscuro, en donde muy fácil se podría perder.

—Será mejor que evites ese tipo de exclamaciones, Jennie —pidió seriamente con su acostumbrado tono gélido—. Ya las he oído antes, de tus labios y en situaciones distintas que de sólo recordarlas... —sus párpados cedieron ante la imagen de sus recuerdos tan vivas que le hicieron negar lentamente ante la sensación que se escurría por su piel ya abrigaba su rostro en un color vivo— me avivan cada partícula de mi ser.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora