LIBRO ₂
¿Podría ser dos años suficientes para olvidar algo que no se conoció completamente?
¿Acaso una falacia, tan instigadora e incipiente de su separación, tenía más valor que el amor?
¿Sería tarde o intempestivo, buscar de ella nuevamente? ¿Rem...
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La inmersión de aquel cuerpo en el agua, comenzaba a surtir efecto. El agua ya cubría por completo a un cuerpo que se removía débilmente, igual que los párpados que amagaban con descubrir unos ojos. Un tambaleo se ejecutaba en labios secos, donde apenas la palabra modulada era la petición de...
—Droga... quiero mi droga...
Sus ojos tan dispersos, se movieron con pesadumbre, su intento de alzar sus manos fue vano; su energía parecía evaporarse con el sólo modular de aquellas palabras, su pulso tan débil acompañaba a su respiración de igual forma, no podía coordinar ningún movimiento, más que el vagar de sus pupilas y el ladeo decaído de su cabeza. En búsqueda de lo que su cuerpo pedía, se vio obligado a ejercer fuerza vana, donde arqueó su espalda y flexionaba, sin mérito y efecto, sus rodillas.
Volvió a intentarlo ignorando las cuerdas que no daban espacio a movimientos, siendo su hundimiento el desespero vaciado en su poco oxígeno. La energía pareció volcarse sobre su cuerpo ahora convulsivo en movimientos que, no lograban más que vaciar su poca vida en burbujas de aire. Un largo grito bajo el agua que le cubría, le terminó por escurrir lo retenido en sus pulmones, parecía resignarse ante sus movimientos débiles, ante su pecho que se elevaba en espasmos... ante su visión cual dejaba sus ojos despavoridos a simple vista.
Hasta que unos pasos resonaron por el corredor, y se detenían frente a la puerta donde un cuerpo pendía del hilo de un suspiro, misma puerta que se abrió con cierto recelo, dejando espacio para que un rostro ovalado se asomara, cual confusión era remarcada en unas líneas entre sus cejas, en su aguda mirada, misma que se desplazó a unos rasgos donde la sorpresa se esparció por sus ojos tan ávidos y enfocados sobre un cuerpo al cual se acercaba a socorrerle.
—Hey... —Se inclinó flexionando sus rodillas, y con premura escabulló sus brazos por debajo de aquel cuerpo, ocasionando que el agua sobresaliera de aquella tina. Tomando aquel rostro que se apagaba entre las palmas de su mano, dando unas leves palmadas sobre la mejilla en busca de alguna reacción por parte de aquel—. Hey...
Y extendiendo aquel cuerpo sobre el piso, comenzó a registrar sus signos vitales; llevando el dorso de su diestra debajo de las fosas nasales para comprobar su desaparecida respiración, cuyo calor del respirar no era percibido; y sólo aquello le fue de suficiente para actuar, para ejecutar sus conocimientos de primeros auxilios, para presionar sobre el pecho mientras contaba hasta tres, para que entendiera que había llegado a tiempo pues el hombre comenzó a toser expulsando el agua que había alcanzado a invadir su cuerpo, donde su boca se rasgaba con apuro de tomar el aire.
Sintió un alivio ante aquello, sus ojos barrieron el cuerpo, notando las sogas que ataban sus manos cuales estaban sobre su ingle, volvió su mirada al rostro de aquel avistando las heridas que se dibujaban superficialmente. Pero observando más allá, su afanosa mirada se extendió notando que aquel rostro era de su conocimiento; el desespero no le había hecho reaccionar hasta ahora. Una pequeña tos decadente, le trajo de vuelta a la realidad que esperaba por su acción para detener lo que aquel cuerpo convulsivo propiciaba.
