XXXVI: Mᴇ ʜᴀᴄᴇs ᴛᴀɴᴛᴏ ʙɪᴇɴ﹐ ᴄᴏᴍᴏ ᴛᴀɴᴛᴏ ᴍᴀʟ...

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Aquella noche donde las siguientes horas eran culminantes para Jennie, Lisa, era otra que había cedido el sueño a sus pensamientos

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Aquella noche donde las siguientes horas eran culminantes para Jennie, Lisa, era otra que había cedido el sueño a sus pensamientos. Su cama la sentía tan amplia, la noche tan larga y oscura, que sólo podía pensar en la necesidad de que acabara pronto, para así ver a quienes serían su luz y regocijo luego de un largo desvelo.

—Cuanta falta me estás haciendo, Jennie —pronunció en un ligero susurro mientras se aferraba a una almohada cual imaginaba era aquel cuerpo que era capaz de sucumbirla en el tranquilo sueño, al cual cedió al poco tiempo.

Cuando comenzaba a clarear, ya se encontraba de frente a la pequeña ventana que da al horizonte, misma que estaba en la cocina. Y sintiendo aquel calor humeante que de a poco humedecía su boca, tomó té mientras el leve susurro del viento mañanero se colaba por un pequeño espacio de la ventana, y sonrió al figurarse lo que le deparaba las siguientes horas al lado de aquellas dos.

Las horas habían pasado, su atención a cualquier llamado proveniente de su teléfono, la despegó mientras conducía. Una pequeña decepción cruzó por sus ojos al éstos avistar el cielo cual se cubría de amenazadoras nubes. Chasqueó su lengua mientras cerraba la ventanilla del auto por aquellas ráfagas de viento; sabía que no era buen clima para ir a un sitio abierto y compartir junto a Somi.

En su búsqueda de algún obsequio a Somi, se le ocurrió seguir el consejo de Rosé y comprarle algunas prendas de ropa. Aún contaba con algo de dinero por la venta de aquel reloj y su correspondiente sueldo como ayudante en la veterinaria. Así que se adentró a una tienda donde algo que parecía sencillo, como el hecho de comprar ropa, se le hizo cuesta arriba al notar tanta variedad.

—Rosé, necesito de tu ayuda —le había comentado a la rubia sin darle oportunidad de saludar tras aquella llamada—. ¿Qué puedo comprar? Es decir, no sé de talla o... —con su mano libre escudriñaba entre la ropa colgada de resaltante color rosa—. Sé que le gusta el color rosa, y la pizza...

—Hey, Lis, ¿de quién hablas? ¿Es sobre lo que me comentaste ayer por la noche?

—Sí. Hablo de Somi, Rosé. ¿Crees que le guste un sweater con un logo de pizza? —inquirió detallando una pijama rosa plegado de dibujos de pizzas—. La llevaré.

Una cantarina risa llegó al oído de Lisa, quien sin darse cuenta ya había escogido por si misma algo que seguramente le encantaría a Somi. Y luego de consultar cuestiones de tallas con Rosé, que le fue de ayuda al punto de sorprenderle por conocer tanto del tema, colgó la llamada. Y dando pasos de regreso a la salida, notó una prenda de ropa donde su mente tan propia de alguien, se había hecho cargo de figurarla en ella.

—Cuanto te encantan los camisones que uso. —De manera decidida se acercó hasta la sección de ropa donde pudo detallar de cerca un camisón, tomando uno de talla grande, color negro, con una rosa plasmada en el centro—. Definitivamente, ésta es para ti.

Sin más motivos regresó a lo que llevaba el motivo de su espera y obsequios. No era una persona que pudiera considerar la paciencia como una de sus mayores virtudes, y su larga espera dentro de su auto, le comenzaba a recordar ello. Había dejado un par de mensajes a Jennie quien pasaron desaparecidos a su parecer.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora