XXXIX: Sɪ ᴇʀᴇs ʟᴀ ᴄᴀᴜsᴀ.

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No podía describir tanta alegría que le invadía con el sólo cavilar e imaginar su vida al lado de quien amaba

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No podía describir tanta alegría que le invadía con el sólo cavilar e imaginar su vida al lado de quien amaba. Podía sentir un gusto enorme que calentaba todo su pecho inflándolo de fugaces suspiros mientras disponía su presencia delante de ella acompañada por Lisa, imaginándose en cada pequeño rincón de aquella casa que recorría a pies descalzos.

Recorriendo cada habitación, se figuraba en ella; armando, adornando, disponiendo objetos que le dieran el contexto a su pronta estadía con Lisa. Ya estaba enterada del gusto excéntrico de la otra, que comparado con el suyo era una extraña mezcla ante los ojos de alguien más. Pero no para ella, donde su esencia ahora tenía un toque de Lisa. Sabía que ello lo podía figurar en algún cuadro que a ambas le gustase, cual quedaría fijado en la pared principal de aquella estancia donde ahora se detenía.

Llevó una mano a su rostro, delineando sus labios con su pulgar mientras repasaba lo ocurrido horas antes. Donde aquella estancia las sucumbía en algún plácido silencio acompañado de leves caricias y roces mutuos. Donde luego el murmullo de una larga noche se vestía de sus voces tan jactadas de sus prontas confesiones que ahora perecían encontrar momento oportuno de libertad.

Esta vivienda, me la ha entregado Jisoo; no creo encontrar como pagarle tanto... —recordaba que le dijo luego de compartir algo de comida que habían pedido cuando ya el hambre necesitaba ser atendida—. De momento quiero agradecerle ejecutando lo que me comentó al momento de entregármela: llenar este espacio de momentos felices... Y es lo que quiero hacer contigo, Jennie...

—Vivir con Lisa... —susurro en medio de una plácida sonrisa cual se enjuagaba en la incredulidad de aquello que ahora le envolvía en el pleno deseo de cumplirlo.

Se recreo en un pequeño jardín que se perdía tras el descuido de la maleza que escondía su largo y espléndido espacio. Se imaginó en un día acalorado cultivando plantas que se agraciaran de vivos colores en la primavera. El resurgir se figuraba en sus atisbadas pupilas enfocadas tras aquella ventana, mismo que incrementó al momento en que sus sentidos alejados, volvieron en sí con el tintinar de unas llaves y el metálico sonido del cerrar de aquella puerta, donde ahora vislumbraba a la dueña y promesa de sus fantasías.

—Logré obtener algo de comer con lo poco restante —comentó acercándose mientras señalaba una bolsa, alzándola en el aire—. Y también, obtuve algo de ropa tuya en los cajones; que suerte de que los hayas dejado allí —alzó la otra bolsa agitándola un poco, figurando una sonrisa que ya Jennie se acostumbraba a ver. Pero, lo que más le encantaba, era aguardarla entre sus labios.

Y no dio espera a sus acicateadas ganas de hacerlo, y se enfundó en aquel cuerpo que ahogó un suspiro por tan repentino arrebato sobre sus labios. Jennie aferro sus manos sobre la tela de aquel abrigo, para acercar más a la otra, que, en la necesidad de corresponderle a su cercanía, soltó una bolsa para afincar con brío su mano en aquella espalda que se arqueaba en su búsqueda.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora