LIBRO ₂
¿Podría ser dos años suficientes para olvidar algo que no se conoció completamente?
¿Acaso una falacia, tan instigadora e incipiente de su separación, tenía más valor que el amor?
¿Sería tarde o intempestivo, buscar de ella nuevamente? ¿Rem...
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Lisa, luego de ser adoptada, trató de buscar a su abuela. Pero, no recordaba el nombre del pueblo, hasta mucho después que dio con él por medio de sus recuerdos que iban en torno a la tumba de su madre. Fue a, Boseonggun, en compañía de Jung, y no encontraron más que aquella casa donde habitó; desolada y completamente desocupada.
Ella siguió recordando a su abuela, incluso siguió yendo al pueblo en busca de respuestas, de algún testimonio que diera con su paradero, o sobre lo que sucedió realmente con Minsuk. Pero siempre era lo mismo; Minsuk, junto a Bada, desaparecieron ese mismo día en que ella fue dejada en la calle.
Nunca supo realmente que sucedió, si estaba cerca, o lejos, si estaba bien o si... había fallecido. Pero siempre tuvo la esperanza de que estuviera viva, a la espera de su reencuentro. Y ahora tenía en sus manos la posibilidad de dar con algo que la llevara a Minsuk. Era un riesgo, ciertamente, confiar en quien estuviera detrás de aquella llamada.
Aún sostenía en su mano el teléfono, pegado a su oreja. Pero, ¿y si era una estafa? ¿sí aquello era sólo una manera de quitarle dinero, atacando por donde más le dolía? Estando tan vulnerable, era muy probable que cediera.
—¿Estás ahí?
Por otro lado, ¿y sí era cierto? ¿y sí tenía la posibilidad de verla? Necesita volver a ver a su abuela, la extrañaba desde siempre, era la única persona con quien compartía lazos sanguíneos que quería, luego de su madre, lo demás no importaba. Se puso de pie, aspiró una bocanada de aire la cual soltó con su decisión.
—¿Cómo procederíamos? —la risa que advirtió por medio del auricular, la hizo crisparse.
—Perfecto, Lisa. Ahora escucha como se procederá. Te daré una dirección, te ubicaras en una esquina donde se sitúa un local de comida rápida; Coffe & Bar. En el callejón contiguo estará un contenedor que localizaras al ver un grafiti de la paz en el. Lo demás ya será ejecutado por ti. Allí encontrarás lo que buscas y dejarás lo que quiero a cambio.
—¿Cómo sé que no es una estafa? —rechistó en medio de un gruñido, no le estaba gustando aquel juego.
—¿Cómo sé que me darás el dinero?
Lisa, resopló abatida echando su cabeza ligeramente hacia atrás.
—Esto es un juego de ganar o perder, Lisa. Así que ganemos los dos, juguemos al ganar/ganar. Tú decides. Te enviaré la dirección.
La llamada fue colgada, y Lisa aún sostenía el teléfono pegado a su oreja. No estaba segura de lo que quería hacer. Ya había obtenido la cantidad necesaria para pagar por la supuesta información. El teléfono vibró entre su mejilla y oreja causándole cierto escalofrío. Se fijó que era el mensaje con la dirección. Todo quedaba en sus manos.
—La única forma de despejar mi incógnita es yendo.
Se dirigió hacia su cuarto, fue directo a la cama, tomando el colchón por el borde alzándolo. No era el mejor escondite para unos ahorros, era el más común. Ubicó el corte sobre la funda del colchón, llevó su mano a él y extrajo un pequeño sobre rectangular, cual llevó hacía su chaqueta guardándolo dentro de un bolsillo interno.
