XXVI: Vᴇʀ﹐ ᴀ ᴠᴇᴄᴇs﹐ ᴀᴛᴇɴᴛᴀ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ʟᴀ ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀ.

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Dentro de las vivencias ocurridas en los últimos años, Lisa encontraba dos caminos

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Dentro de las vivencias ocurridas en los últimos años, Lisa encontraba dos caminos. Uno al cual quisiera ir nuevamente para borrar cada paso que dio, que fueron dados en un concreto de cemento fresco y que aún estaba allí, recordándole lo mal que piso en él, y que ahora le pasaba factura, que ahora se reflejaba en Zion, y ella no quería ser aquella imitación.

En el otro camino, sólo dio pasos penumbrosos que no contaban con que aquellos pasos más adelante le pasaran facturas. Aquellos pasos no fueron planeados, pero la llevaron directo a la figuración de lo que era el motivo de su acelerado corazón, lo que era parte de aquel aire que inflaba su pecho, lo que era y es el motivo de querer no existir y a la vez existir.

Jennie.

No existir porque quizás así no la hubiera hecho sufrir, porque quizás así no se le hubiera atravesado en el camino con otros planes que cambiaron, sometiéndola en la necesidad de tenerla siempre, castigándola con lo que es y fue. Y existir, porque era la mejor sensación si aquella mujer estaba a su lado, porque podía encontrar definiciones figuradas en aquel ser.

Conducía de regreso a su casa, luego de despejar cualquier pensamiento absurdo con la calada de varios cigarrillos y con sus ojos posados en lo que parecía una pequeña ciudad, desde la perspectiva de aquella colina. Ignorando el sonido de su teléfono seguía conduciendo, hasta que sus pensamientos se detuvieron ante la posibilidad de quién podría estar llamando.

Y solo bastó con que el nombre de su abuela Minsuk, cruzara por su mente para que tomara el teléfono descolgando la llamada de inmediato. Con miedo de hablar, sólo dejó que su pesada respiración lo hiciera por ella, pero lo que detectó como una inhalación del otro lado y luego una voz grave conocida, la decepcionó.

—Lisa... ¿qué hacías en la estación de policía, visitando al sospechoso del caso de Jae; el chico golpeado? ¿hum? Lisa, no me hagas pensar más de la cuenta.

—¿Más de la cuenta? ¿Para esto me llamas, Jung? ¿Acaso no tienes trabajo en Seúl, en qué ocupar tu tiempo?

—Estoy siguiendo el caso, Lisa. Me contactaron para informarme sobre tu inesperada visita, y no se me ocurre nada que te haya llevado allí. Dime, ¿qué hacías allí? ¿Qué te vincula con ese hombre...? Lisa...

Sin necesidad de más pronunciamiento por parte de Jung, Lisa ya sabía lo aquel pensaba. Ya la había acusado de manera indirecta. Que la llamara nuevamente para mencionar el mismo caso, sólo dejaba a entrever su desconfianza en ella, y su obsesión en buscar a los culpables.

—Eres increíble, ¿sabes? No pensé que de verdad llegaría el momento en donde desearía no haberte conocido, en donde desearía simplemente... —su tensa mandíbula cortó sus palabras por un momento— en donde no hubiera aceptado tu maldita ayuda, Jung.

—Lisa sólo estoy preocupado por ti—

—¡Si tanto te preocupo, ¿crees que me acusarías de este modo tan vil?! ¡¿Qué me acusarías aun cuando juré que no caería de nuevo en esto?! —explotó en palabras con ronca y furiosa voz y con iracundo temblor de labios. Haciendo una pausa tomó aire para expulsar de manera calmada—: Si tanto te importo como dices y me quieres cuidar, deberías comenzar por cuidar de mi salud mental, y confiar en mí.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora