XIV: Eʟ ɪᴍᴘᴜʟsᴏ ᴅᴇʟ ϙᴜᴇʀᴇʀ.

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Golpeaba el volante constantemente con su pulgar derecho, mientras que su mano izquierda la mantenía tras su cuello frotándolo

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Golpeaba el volante constantemente con su pulgar derecho, mientras que su mano izquierda la mantenía tras su cuello frotándolo. Tenía los faroles del auto apagados, dejando que la oscuridad la consumiese en aquel callejón. Una corriente de aire fría, se colaba por la ventana medio abierta y refrescaba su interior.

Consultó la hora en su teléfono, dejando que éste así le iluminase el rostro. Apagó el teléfono y lo guardó mientras expulsaba el aire con disgusto.

—¿A qué se debe tu exasperante tardanza? —el sonido de unos nudillos dar contra la ventana del copiloto la hizo relajar.

Se inclinó sobre el asiento del copiloto quitando el seguro. Un hombre de un metro setenta y algo más, un tanto corpulento, se adentró en el auto, acomodó su gorra, y despejó el cierre de su chaqueta, descubriendo un sobre que llevaba consigo.

—Disculpa la tardanza, Manoban, pero...

—Sí, sí, entiendo. Mejor déjame constatar la información —el hombre apartó el sobre hacia el lado contrario alejándolo de Lisa—. No estoy para bromas, confidente.

—Deja de llamarme así, deberías buscarme otro apelativo, una más llamativo e interesante.

Lisa, se recostó pesadamente, el hombre que la miraba, prosiguió.

—Oye, entrando ya en el tema que nos vincula, me decía: Vaya, Manoban de nuevo se meterá en asuntos turbios. Pero cuando vi la información arrojada en el sistema, sobre este hombre, deseché esa hipótesis. Dime, ¿ahora vas por corruptos y no por violadores?

—No es tu asunto, tengo mis motivos los cuales no te competen. Ya entrégame el sobre —el hombre viró sus ojos y le entregó el sobre.

—¿Siempre llevas esa actitud tan altanera, Manoban?

Lisa, ignoró todo su alrededor y centró su atención en el contenido de aquel sobre. Comenzó a pasear sus ojos por la información detallada en cada página. Detuvo el camino de sus ojos, y lo centró en unos datos, a su parecer, indicados con lo que ameritaba.

—Esto es muy interesante, con ello puedo... articular la cuartada necesaria.

—Manoban, ten cuidado con lo que harás. Ese sujeto, Lee, no es como las ratas que acorralabas en los callejones, es un sujeto con muchos negocios y dinero —Lisa, que mantenía si atención en el informe, dirigió su atención al hombre a su lado.

—Negocios sucios, confidente. Dinero que ha generado a raíz de negocios para nada aceptables. Me preguntó por qué las autoridades competentes no fijan su atención en personajes como este —señaló alzando el informe, el hombre la miró por un instante para luego soltar una larga risa.

—Oh, vamos, Manoban. Es la pregunta más inocente que he escuchado de tu premiable boca, incluso no parece que viniera de tus pensamientos.

El hombre siguió riendo mientras trataba de amortiguar su risa con el puño sobre su boca.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora