Viernes por la noche, comienzo de fin de semana, el ambiente en aquel gran salón, era agitado. Los sonidos que se concentraban y mezclaban entre sí; provenían de gritos eufóricos de algunos hombres, del taco al dar contra una bola de billar que sucesivamente emitía otro sonido al chocar con otra, del tintinar de las botellas, de una música ahogada proveniente de un tocadiscos ubicado al final en una esquina.
Había tres mesas de pool, una seguida de la otra en el centro de aquel salón. A los alrededores, estaban dispuestas mesas ocupadas por algunas personas que se destinaban en juegos de cartas. Las luces tenues de un color marrón rojizo, eran las encargadas de dar su toque luminoso.
—¡Venga, Zion! Te ganaré por décima vez —se pronunció un hombre de estatura media, cara muy jovial, la cual figuraba rasgos petulantes, los cuales se enmarcaban más al dirigirse al rubio que se comenzaba a inquietar—. ¿Otra jugada?
El rubio, tomó todo el contenido de su botella, llevó su antebrazo a la cara para secarse los labios con su abrigo. Se acercó ladeando su cabeza, al chico que no desdibujaba su sonrisa burlona.
—Otra —el chico ensanchó su sonrisa, mientras Zion, lo miraba por encima de sus párpados, con una ceja alzada; el alcohol comenzaba a surtir efecto en su cuerpo.
—Bien, más dinero está noche —mencionó en dirección de algunos presentes que lo acompañaron en su risa.
La ronda de pool, se dio en principio amena, a pesar de las constantes risas del joven en dirección al rubio, quien llevaba varias dosis de alcohol acumulándose en su cuerpo. Algo que aprovechó su contrincante para ganar la partida.
—¡Listo! —la última bola fue por parte del chico, que comenzó a aplaudirse mientras miraba a su alrededor.
Zion, ya había acabado todo su dinero en las apuestas, sin dar con una ganada. Ya eran varias partidas alrededor de una semana, que eran perdidas para él, pero ganancias para el chico. Su estado comenzó a cambiar a uno más fúrico, no sólo por ello, sino porque el chico aún se jactaba de ganar, pero de manera impertinente.
—¡Ya cállate, Jae! —bramó ganando miradas en su dirección, pero el fijaba la suya en el mencionado, que ya lo miraba deteniendo su risa, más no desdibujó la sonrisa con la cual se aproximaba a su encuentro.
—Mejor ya paga las dos últimas partidas, Zion.
—No te pagaré —De un movimiento brusco, tomó al chico por la abertura de su chaqueta y le susurró en tono amenazante— nada —lo soltó y ahora era él quien carcajeaba.
—Págame, Zion —el chico comenzaba a imitar la furia de Zion, su rostro comenzaba a enardecerse, sabía que Zion hablaba en serio.
—Oblígame —lo miró con cierta altivez ladeando su sonrisa. El chico cayó en las provocaciones y se acercó propinándole un puñetazo.
Zion, repasó su mandíbula con el pulgar, sin quitar su sonrisa. Le indicó al chico que prosiguiera, y lo siguiente fueron golpes de ambos lados. Ninguno de los presentes alrededor, se entrometía. Sólo disfrutaban de aquello, como si fuese parte del juego de pool. Pero de un momento a otro, el chico yacía sobre la mesa de pool, con Zion, a ahorcajadas y sus manos en la garganta.
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Sʜᴀᴅᴏᴡ (Eʟ ᴅᴇsᴇɴʟᴀᴄᴇ) → Jᴇɴʟɪsᴀ
FanfictionLIBRO ₂ ¿Podría ser dos años suficientes para olvidar algo que no se conoció completamente? ¿Acaso una falacia, tan instigadora e incipiente de su separación, tenía más valor que el amor? ¿Sería tarde o intempestivo, buscar de ella nuevamente? ¿Rem...