JUGHEAD
Dos meses después...
Saqué un cigarro de mi bolsillo y lo encendí, lo puse entre mis labios dejando el humo por unos segundos en mis pulmones para luego expulsarlo. Continúe así mientras me dirigía hacia el hospital igual que todas las tardes para poder ver a Betty.
Si ella me viera con el cigarro me estaría gritando lo mal que le hace a mis pulmones y que podría morir, pero esta es la única forma que encontré para no sentirme tan solo, volviendo a los cigarrillos.
Cuando mamá y papá empezaron el divorcio me sentí tan mal de que mi familia se empezara a derrumbar y todo por mi culpa... Y para tratar de olvidar todo ese problema recurrí a ellos, solo hasta que Betty se enteró de ellos y me obligó a botar todas las cajetillas que tenía.
Al estar a una sola cuadra de llegar, boto lo que queda del cigarro y sigo caminando hasta llegar a mi destino.
Entre a la habitación y suspiré al verla de nuevo con sus ojitos cerrados, extraño ver ese brillo que suele tener en ellos y el característico color verde que tienen.
Me senté a su lado en la camilla y acaricie su suave cabello, tiene la piel pálida y unas muy oscuras ojeras.
¿No se supone que está durmiendo? Debería de tener el rostro más lindo de lo normal...
Con mi pulgar acariciaba sus labios rosas que están tan resecos... Saque de mi bolsillo un chapstick y se lo aplique con cuidado en sus labios.
— te extraño mucho Rapunzel — susurré — tienes que abrir esos lindos ojitos que me lograron enamorar... puedo sonar exagerado pero estos dos meses han sido una tortura sin ti, extraño escuchar tu voz, besar tus labios, dormir contigo y que veamos películas como todos los sábados. Extraño ayudarte a estudiar y verte enojar cuando eres capaz de hacer algo, oír tu risa y ver esa deslumbrante sonrisa en tus labios.
Tome su mano y bese sus nudillos esperando a que abriera sus ojos... Me duele tanto verla así y me siento tan culpable de verla en este lugar. No pude protegerla como lo prometí, no fui capaz de hacerlo y ahora por culpa de ese hombre ella está aquí... En coma.
El golpe que se dio en la cabeza fue tan fuerte que la llevó a eso, a caer en un profundo sueño como la bella durmiente y tiene algo de sentido, ella siempre ha sido una princesa, mi princesa.
Por eso le llamó Rapunzel, cuando la vi por primera vez, se me pareció tanto a esa princesa de Disney, con su largo y brillante cabello dorado.
Dejé un beso en su mejilla y luego uno en sus labios, uno que disfrute demasiado, así haya sido súper corto cualquier toque que tenga con sus labios siempre será increíble.
— te amo Rapunzel — junte nuestras frentes — y te necesito conmigo, sin ti no estoy completo — cerré los ojos tratando de aguantar las lágrimas — necesito ver tus ojitos, escuchar tu voz, que me digas que me amas, que me llames Jugguie, que me beses solo como tú lo sabes hacer.
Limpie las pocas lágrimas que se deslizaron por mis mejillas y abrí mis ojos, encontrándome con los suyos.
Por fin pude ver de nuevo ese color verde.
— ¡Despertaste! ¡Por fin despertaste Rapunzel! espérame aquí, llamaré al doctor.
Salí corriendo de la habitación en busca del doctor hasta que lo encontré saliendo de otra habitación.
— doctor Williams, Betty, Betty despertó, abrió sus ojos, ¡Pude ver sus ojos!
— Jughead cálmate ¿Estás seguro de eso?
— ¡Si!
Caminamos a la habitación y al entrar Betty nos observó. El doctor caminó hacia ella y con una pequeña linterna le pidió que observará la luz junto con unas cosas más a las que no le prestaba atención debido a la felicidad que sentía...
Alice se pondrá tan feliz al saberlo.
— bueno parece que todo está bien — habló el doctor anotando algo en la tablet.
— ¿Puedo preguntar algo? — hablo Betty, y el doctor asintió — ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí?
— ¿No lo recuerdas? — habló el doctor.
— no ¿Que me pasó?
— sufriste un grave accidente en tu casa y llevas dos meses en coma. — el doctor acomodó sus gafas — Dime ¿Recuerdas tu nombre?
Betty asintió — Elizabeth Cooper — me miró por unos segundos pero luego regresó la vista al doctor — ¿Y mi mamá? ¿Dónde está ella?
— Ella no ha podido venir estos días... Luego te contarán bien sobre eso.
Betty volvió a asentir y dirigió su mirada hacia mí — ¿Y quién es él? — me señaló.
No me recuerda.
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Le hice unos cambios al capítulo porque no me cuadraba mucho con el siguiente.
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Recuerdos
Teen FictionGuardamos cada uno de nuestros recuerdos en nuestras mentes y corazones. Pero puede que todos esos lindos recuerdos sean olvidados.