¿Puedo ser tu novio?

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12 de Octubre, 2016.

Betty salió de la ducha y se paró frente al espejo con la toalla enrollada en su cuerpo buscando entre su mente que se pondría el día de hoy para salir con Jughead.

Luego de recordar todo su clóset en su mente se decidió por un vestido negro que le llega hasta la mitad de sus muslos y que se ajusta perfectamente a su cintura junto con unos botines negros. Se sentó en la silla de su tocador para peinar y secar su cabello, luego aplicó un poco de maquillaje en su rostro, un poco de rubor en sus mejillas junto con su labial de tono rosa claro.

Quería verse linda, quería que Jughead la viera linda.

Se miró en su espejo de nuevo, no se sentía muy segura pero no tuvo tiempo de cambiarse porque Jughead ya había llegado.

Tome su pequeño bolso donde guardó su celular y labial, bajó las escaleras lo más rápido que pudo y sonrió al ver a Jughead esperándola al final de las escaleras.

Él la recibió con un abrazo que la levantó del suelo y la hizo reír. Dejó un beso en su cabeza y luego la dejo de nuevo en el suelo.

— Eres muy pequeñita Rapunzel.

— y tú muy grande Jugguie... No entiendo porque tú creciste y yo no. —Jughead soltó una pequeña risa y Betty se cruzó de brazos fingiendo estar molesta,

Él pelinegro se aseguró de que no hubiera nadie en el lugar para poder dejar un corto beso en los labios de la rubia, esos que se atreve a probar de vez en cuando sin su permiso.

Las mejillas de Betty de inmediato tomaron ese color carmesí haciéndola bajar su mirada al suelo tratando de evadir la mirada de Jughead.

— ¿Ya te despediste de tu madre? Esta noche dormirás en mi casa Rapunzel.

— ¿Por qué yo no sabía eso? — frunció sus cejas —No pedí permiso para eso.

— no te preocupes, yo lo haré por ti.

Jughead tomó la mano de Betty y ambos se dirigieron a la cocina donde se encontraba Alice lavando los platos sucios. Alice al verlos sonrió y dejó lo que hacía a un lado para secar sus manos y saludar a Jughead con un abrazo... Ella siempre lo ha visto como un hijo más para ella y le hacía ilusión que de una vez por todas ambos adolescentes le dijeran que son novios.

— ¿Cómo estás Jughead?

— muy bien señora Cooper.

— me alegra saberlo... entonces ¿Ya se van?

— Así es, pero quería pedirle que deje dormir a Betty está noche en mi casa.

Alice miró a Betty y luego miró a Jughead, había algo diferente en la mirada del pelinegro, algo que ella comprendió al instante, lo había visto antes, hace muchos años en los ojos de FP... algo muy importante para el sucedería esa noche.

— Claro que sí, pero vuelves mañana antes de la cena mi niña ¿Si?

Betty asintió y abrazó a Alice.

— Adiós mamá, te quiero.

— yo a ti mi niña.

Al salir de la casa Jughead se dio la oportunidad de observar detalladamente a Betty, ante sus ojos ella se veía hermosa con ese vestido, la veía preciosa, como a una princesa, como la princesa de su corazón.

— te ves hermosa Rapunzel — susurro en su oído haciendo que se sonroje de nuevo y eso le gustaba a Jughead.

Betty bajo su mira para observar a Jughead, traía puesto unos jeans negros junto con una camisa blanca y su cabello bien peinado.

— tú te ves bien, muy bien, por primera vez te peinaste.

— si, papá me obligó.

— pero así también te ves lindo.

Jughead sonrió y besó la mejilla de Betty. Él estaba nervioso, muy nervioso ya que la razón principal de que haya invitado a salir a la rubia es para pedirle que fuera su novia aunque aún no sabía cómo hacerlo.

Él soltó la mano de Betty para poder rodear su pequeña cintura y pegarla a su cuerpo, ella no tuvo problema con eso ya que le gustaba sentirlo cerca.

— Jugguie ¿A dónde iremos?

mhm, me gustaría llevarte a un restaurante elegante pero no tengo dinero para eso, así que iremos a McDonald's.

— Está bien, mientras tú estés ahí será perfecto.

• • •

Luego de cenar y comer un helado, ambos adolescentes  se encontraban en el jardín de la casa de la rubia, sentados en el suelo mientras miraban las estrellas o bueno Betty lo hacía por qué Jughead, él solamente miraba a la rubia pensando en cómo pedirle que fuera su novia. Observó sus labios rosas, esos que le encantan probar y sin poder contener sus ganas acarició la mejilla de la rubia para luego unir sus labios en un profundo beso.

El pelinegro movía sus labios con rapidez y le parecía tierno y delicioso sentir como la rubia trataba de seguirle el ritmo moviendo sus labios de manera torpe... Jughead finalizó el beso mordiendo su labio inferior de la rubia pero ella queriendo más tomó las mejillas del pelinegro y volvió a juntar sus labios.

Jughead posó sus manos en la pequeña cintura de la rubia y ella se subió sobre las piernas de él sin separar sus labios y juntando sus lenguas.

— Rapunzel — susurro sobre sus labios luego de separarse — te amo... y estoy muy enamorado de ti. Joder siempre lo he estado, desde el momento en que te vi ese día en mi bicicleta me pareciste hermosa y cuando pude ver tus ojitos verdes me hechizaste con ellos.

Betty se sorprendió ante aquellas palabras, no se esperaba eso pero le parecía demasiado tierno ver los nervios de Jughead y sentir lo acelerado que estaba su corazón, al igual que él de ella.

Ella sabe que lo ama, lo ama de la misma manera que él lo hace, ella también está profundamente enamora de aquel pelinegro que conoce desde su cinco años, con el que ha sabido conocer el mundo.

— quiero que me ames como yo te amo a ti o que sea más que eso… — él suspiro— Rapunzel ¿Puedo ser tu novio?

Betty quería decirle que sí, pero las palabras no lograban salir, estaba tan feliz por todas esas palabras que no sabía qué decir y Jughead al no obtener respuesta por parte de la rubia se desilusionó un poco.

— Si no quieres lo entenderé, no puedo obligarte a que me ames pero por favor di algo Rapunzel.

Betty sonrió y acarició la mejilla de Jughead.

— Jugguie, yo si quiero que seas mi novio por qué también te amo.

Jughead sonrió y envolvió a la rubia en sus brazos, haciéndola reír, él tenía tanta ilusión con este momento, de por fin tener a la rubia a su lado pero no como mejor amiga, sino como su novia.

— Ahora podré darte besos.

— siempre me das besos, desde que tenemos ocho años lo haces y nunca dejaste de hacerlo.

— bueno ahora tú me los darás a mi.

Betty soltó una pequeña risita para luego juntar sus labios con los de Jughead.

— Vamos a casa Rapunzel, ya empieza a hacer frío.

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