D i e c i o c h o

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JUGHEAD

Betty se acurrucó entre mis brazos y pasó una de sus piernas por mi caderas. Yo acaricie la piel de sus muslos, dejé un dulce beso en su frente y aparte el cabello de su rostro y continúe peinando hacia atrás dejándome ver la tranquilidad en su rostro.

Ya son las 11 de la mañana y ella aún duerme, debe de estar demasiado cansada y por mi culpa... Anoche fue increíble, muchas horas de sexo con esta hermosa mujer.

Y agradezco que siga dormida, hace un momento se escucharon gemidos y no creo que sea lindo que ella escuche eso, menos sabiendo que son nuestros padres. Tal vez lo hagan por una lección que nos quieran dar pero nosotros siempre tratamos de ser muy silenciosos aunque no me gusta el no poder escuchar sus gemidos.

Subí mi mano más arriba de su muslo esperando encontrarme con el elástico de sus bragas pero está desnuda... Lo había olvidado.

Betty frunció sus cejas y se removió entre mis brazos pegando su cuerpo más al mío.

— Jugguie, frío — susurró y yo subí la manta hasta sus hombros y la envolví en mis brazos — me duele todo el cuerpo.

— perdón — dije y besé su cabeza — no era mi intención.

— Está bien, fue increíble todo lo que hicimos anoche.

Sonreí y seguí acariciando su cabello mientras ella tomaba mi otra mano para jugar con mis dedos.

— Jugguie si tanto me amas ¿Me harías un grandísimo favor?

— ¿Qué quieres Rapunzel.?

Ella sonrió y beso mi mejilla.

— ¿Me traes un vaso con agua? Necesito tomar la pastilla — yo negué y ahora es ella quien acaricia mi cabello — ¿O prefieres que quede embarazada?

— prefiero el bebé.

— ¡Jughead!

— Está bien pero algún día tendremos a ese bebé.

Ella frunció sus cejas mientras yo dejaba un dulce beso en sus labios y otro en su frente. Me levanté y me puse unos shorts, antes de salir le di una mirada a Betty y dios, que linda se ve.

Una de sus piernas estaba descubierta y la otra la cubría la manta al igual que su abdomen y parte de sus pechos, sus ojitos cerrados y sus labios rosas al igual que sus mejillas.

Suspire y salí de la habitación cerrando la puerta, baje las escaleras y entré a la cocina encontrándome con mi padre, sin camisa y solo en sus calzoncillos.

— no me digas ¿Alice tiene que tomar la pastilla? — bromeé mientras tomaba un vaso.

— ¿Betty también? — dijo serio. Los adultos no entienden el sarcasmo.

Bufé y abrí la nevera para sacar la jarra con agua y servirla en el vaso.

— aprendan a ser un poco más silenciosos papá... Betty aún no lo sabe y creo que no le gustaría enterarse por escuchar a su mamá...

— no lo digas — me interrumpió — tienes razón pero tampoco eres nadie para decirme eso, ustedes tampoco eran nada silenciosos.

Sonreí — tu lo dijiste, eran. Ahora solo se puede escuchar el sonido de la cama moverse y eso no lo podemos evitar ya que mi cama es más vieja que tú, papá.

Él frunció sus cejas y apartó el vaso de sus labios.

— debería regañarte por la forma en que me hablas. Soy tu papá, deberías tenerme un poco más de respeto.

Alce mis hombros y luego palmee su hombro.

— ya lo sabes papá, más silenciosos y cuidadosos, no quiero un hermano.

Él rodó sus ojos y yo salí de la cocina para volver a mí habitación, abrí la puerta pero Betty ni abrió sus ojos cuando entré así que deduje que se durmió otra vez.

Saqué de la mesita de noche la cajita de sus pastillas y dejé una sobre la mesa junto con el vaso de agua, me arrodille frente la cama y acaricie el cabello de Betty, bese sus labios y ella lentamente abrió sus ojitos.

— ¿Aún tienes sueño? — ella asintió — te tomas la pastilla y luego sigues durmiendo Rapunzel.

Ella se sentó en la cama y la manta cayó en sus piernas dejándome ver sus pechos, pase mi lengua por mis labios aguantando las ganas de probarlos. Son muy adictivos. Ella puso la pastilla en su lengua y luego bebió un poco de agua.

— Rapunzel ¿Dejas que te tome una foto?

— Estoy desnuda.

— solo la veré yo... ¿Me dejas?

Ella lo pensó un poco pero luego asintió haciéndome sonreír. Me levanté para tomar mi cámara y encenderla.

— pero que no se vean mis pechos Jugguie.

— Está bien, entonces acuéstate boca abajo sobre esa almohada, así los cubres.

Asintió y se acomodó como le dije mientras yo buscaba el ángulo y la luz para poder tomar la foto.
Al estar seguro, tomé la foto y sonreí a gusto por el resultado, esta es una de las fotos más lindas que he podido tomarle.

Su cabello brillaba por los rayos del sol que apenas empezaban a salir luego de la lluvia, sus ojitos verdes brillaban, sus mejillas levemente sonrojadas y en sus labios rosas se posaba una leve y tierna sonrisa. La almohada tapaba sus pechos pero se podía observar la curva de uno de ellos y al final está la curva de su espalda que da con su trasero, solo que él no se alcanza a ver.

— eres la novia más hermosa que he tenido — aparte la vista de la cámara para mirarla pero ya no tenía su sonrisa y sus cejas estaban fruncidas.

— ¿Has tenido más novias?

— no, claro que no... nunca querría estar con otras personas teniendote a ti. Seria muy idiota si terminara contigo.

Ella volvió a sonreír y yo me acerqué para besar sus labios, en un beso profundo donde hice que nuestras lenguas se juntaran y pude morder sus labios.

— ¿Puedo ver la foto? — asentí y se la mostré.

Ella tomó la cámara y achino sus ojos analizando la foto supongo. Ella siempre ha dicho que se ve fea en las fotos le tomó y me hace enojar pero yo siempre le recuerdo lo hermosa que es.

— te ves hermosa Rapunzel — susurré y ella cambió su mirada hacia mí.

— supongo que sí.

Ella alzó sus hombros y sus labios se volvieron una línea recta, tomó la manta y la puso sobre su cuerpo para luego cerrar sus ojitos.

Yo suspiré y dejé la cámara en su lugar para luego recostarme a su lado. Me metí bajo la manta y pase mis dedos por su pequeña cintura para poder acercarla a mi cuerpo, ella se acurrucó escondiendo su rostro en mi cuello, enredo nuestras piernas y pasó su brazo por mi cuerpo al igual que yo.

— te amo — susurré luego de besar su cabeza.

— yo te amo a ti Jugguie.


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