Primer Beso

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22 de Noviembre, 2010.

Un pequeño Jughead se miraba al espejo, revisando su ropa y cabello, quería lucir perfecto, quería que todo fuera perfecto, que no hubiera ningún error en lo que había planeado por semanas... Besar a Betty.

Desde el primer día que la vio le pareció una niña hermosa y con el pasar de los años empezó a sentir algo extraño en su cuerpo, algo que su padre le explicó en algún momento... Está enamorado.

Jughead suspiro y salió decidido de su casa para ir hacia la de Betty. Al llegar sonrió al verla en el jardín como de costumbre jugando con sus muñecas.

La pequeña rubia sonrió con emoción al verlo y corrió a abrirle la puerta, lo recibió con un abrazo y lo tomó de la mano para guiarlo donde ella estaba antes.

— pensé que ya no ibas a venir Jugguie, te extrañe mucho el fin de semana.

— Yo también Rapunzel.

La sonrisa de la rubia se hizo aún más grande y volvió a abrazarlo, ella en verdad lo había extrañado, pues ya se había vuelto una costumbre de que jugarán juntos todas las tardes y el fin de semana Jughead se fue a un viaje con su familia.

— ¿Estuvo lindo el viaje?

— si, me hubiera gustado que fueras conmigo, vi muchos animales.

— ¿Un león? — él asintió — ¿Una jirafa? — él volvió a asentir y la rubia levantó sus cejas con emoción — ¿Tomaste fotos? Quiero ver.

— dejé mi cámara en casa — la sonrisa de Betty se borró y eso hizo sentir mal a Jughead — pero podemos ir por ella ahora.

—¡Si!

Betty se levantó del suelo con rapidez y tomó la mano de Jughead haciendo que él también. La pequeña rubia corrió hacia la casa de Jughead con él detrás siguiéndola. Ella en verdad quería ver esas fotos, siempre ha querido ver un león, ese es su animal favorito y el saber que Jughead lo había hecho le causó mucha emoción.

— ¡Rapunzel! — grito Jughead — ¡Te vas a caer!

La rubia no lo escuchó y siguió corriendo pero mientras lo hacía se tropezó con una roca y cayó de rodillas al piso lastimando su piel.

Jughead al verla en el suelo corrió hacia ella lo más rápido que pudo y algo dentro de él dolió al verla con sus ojitos rojos y con las lágrimas que caían por sus mejillas. Él se arrodilló frente a ella y limpio sus lágrimas, acarició las rodillas de la rubia que se encontraban con un poco de sangre.

— Jugguie, me duele.

— te avisé Rapunzel, pero nunca me escuchas.

La rubia sollozo y eso le rompió el corazón a Jughead, no le gusta verla llorar.

— perdón...

Jughead negó y ayudó a levantar a la rubia — ven, en casa papá te curará las rodillas.

Al entrar a la casa la mamá de Jughead le dio una mala mirada a ambos niños pero más a Betty, a ella no le gustaba que Jughead pasara todo el tiempo con la rubia pero ninguno de los dos pequeños sabían el porqué.

FP curó las rodillas de Betty y luego ambos subieron a la habitación del pelinegro con un plato lleno de galletas con chispas de chocolate.

Jughead tomó su cámara para mostrarle las fotos que había tomado en el zoológico solo para mostrarselos a ella, sabe lo mucho que le gustan los animales y sabía que esto la haría muy feliz.

Luego de ver todas las fotos la pequeña rubia se concentró en comer las galletas pero Jughead, él solo pensaba en cómo besarla, nunca lo había hecho y sabía que ella tampoco pero él quería besarla, probar sus labios rosas. Así que él se subió a la cama y se sentó frente a la rubia, quitó el cabello dorado de su rostro acomodandolo detrás de su oreja.

— Jugguie ¿Que haces? — dijo la pequeña Betty confundida por la acción del pelinegro.

— Rapunzel, solo cierra tus ojitos.

Betty obedeció y Jughead soltó un fuerte suspiro para luego unir sus labios en un dulce, tierno e inocente beso. La rubia abrió sus ojos sorprendida pero no se apartó, solo esperó unos segundos y volvió a cerrar sus ojos saboreando el sabor a chocolate que tenían los labios de Jughead.

Jughead se apartó con sus mejillas sonrojadas y cubrió su rostro con sus manos esperando que la rubia dijera algo.

— Jugguie ¿Por qué hiciste eso? Esas son cosas de grandes.

Jughead quitó las manos de su rostro y miró a la rubia con algo de desilusión, eso no era lo que él esperaba.

— ¿No te gustó el beso?

— si me gusto pero... Son cosas de grandes Jugguie — dijo la rubia un poco nerviosa.

— ¿Puedo besarte otra vez?

La rubia no supo qué responder así que Jughead acarició su mejilla y juntó de nuevo sus labios con una sonrisa en ellos.

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