C u a r e n t a y t r e s

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Semanas después...

BETTY

Baje las escaleras de la casa luego de escuchar como mamá me llamaba. Entre a la cocina y ella me dio una mirada fría y algo aterradora.

— ¿Por qué me miras así? ¿Hice algo mal?

— no has comido casi nada en el día Elizabeth — me regaño poniendo sus manos en su cintura — son casi las ocho de la noche ¿Acaso no recuerdas que ahora estás embarazada? Tienes que alimentarte mejor.

— la comida solo me produce náuseas, mamá.

— te prepare algo de comer y no me iré de tu lado hasta que vea que lo comiste todo.

— pero mamá...

— mamá nada, Elizabeth. Tu solos has lo que te digo — bufé y me crucé de brazos.

— está bien...

Me senté en una de las sillas de la barra mientras la observaba preparando la comida. Apoye mi mejilla en la palma de mi mano un poco aburrida... Mire la hora del reloj: 8:00 PM. Pronto llegará Jugguie.

Me hace tanta falta. Desde que empezó a trabajar, las cosas han sido muy diferentes...

Ambos decidimos que empezaríamos a trabajar y llegamos a la conclusión de que lo mejor era hacerlo en la mañana. Entonces decidimos cambiar los horarios de la universidad y estudiar de noche.

Hoy me encuentro en casa porque cancelaron la clase, pero Jugguie si tuvo que ir.

Todos estos cambios han sido algo difíciles para nosotros, acostumbrarnos a la nueva rutina ha sido muy complicado pero solo es cuestión de tiempo.

Mire hacia la sala, donde se encontraba Bruno recostado en el piso. Se veía igual de aburrido que yo, también esperando a que Jugguie llegará.

Decidí levantarme e ir hacia el perro que se levantó del suelo cuando me vio. Me senté en uno de los sofás y él apoyo su cabeza en mis piernas.

— También extrañas a Jugguie ¿Verdad, Bruno?  — dije acariciando sus orejas — pronto llegará.

Y como si lo hubiera invocado, Bruno levantó sus orejas y salió corriendo de la sala cuando escucho la puerta abrirse. Yo salí detrás de él y sonreí con emoción al verlo.

Estaba arrodillado en el suelo, saludando a Bruno como siempre lo hace y yo me quedé de pie, observándolo con ternura.

Él me miró y me regaló una linda sonrisa, se levantó del suelo y me rodeo con sus brazos en un abrazo.

— hola hermosa — dijo y después beso mis labios.

Yo enrede mi brazos alrededor de cuello, mientras que él me apegaba más a su cuerpo.

— te extrañe — murmuré sobre sus labios luego de que soltó los míos.

— yo a ti, Rapunzel.

— ¡Elizabeth! ¡Ven a comer! — escuchamos a mamá gritando y jughead frunció sus cejas.

— ¿Apenas vas a comer? — asentí — pensé que ya lo habías hecho, ya es un poco tarde.

— no es tan tarde...

Jugguie negó y tomo mi mano para llevarme a la cocina.

— oh, hola jughead, que bueno que llegas — dijo mamá poniendo el plato de comida frente a mi... Hice una carta de disgusto al percibir el olor que solo lograba marearme — ¿Quieres comer?

— si, por favor, muero de hambre — él se sentó a mi lado y mamá saco otro plato — ¿Por qué no comes, Rapunzel?

— no tengo hambre, Jugguie.

— vas a comer Elizabeth. No has comido en todo el día — volvió a decir mamá, dejando otro plato de comida frente a Jugguie.

— ¿No has comido nada desde el almuerzo? — yo bajé mi mirada — debes comer, Rapunzel, es importante — yo suspire y tome la cuchara.

— lo sé...

Jugué un rato con la comida, con la mirada de mamá y jughead sobre mi, esperando a que probara la comida.

Jughead dejo su plato de comida a un lado y me quito la cuchara de la mano

— está bien, te ayudaré con esto — jughead recogió un poco de comida en la cuchara y la llevo hacia mi boca, obligándome a masticar — eso es, muy bien, hermosa — él dejó un dulce beso en mi frente y siguió dándome la comida como si fuera una niña chiquita.

— bueno, creo que jughead lo tiene todo controlado — dijo mamá con una sonrisa — si no les molesta, iré con FP — mamá salió de la cocina, dejándonos solos a ambos.

— no quiero más, Jugguie — dije formando un puchero con mis labios y él negó con su cabeza.

— ya casi terminas, Rapunzel. Solo dos cucharadas más.

Yo asentí y volví a abrir mi boca para recibir la comida... Al terminar, jughead dejo los platos a un lado y dejo un corto beso en mis labios.

— ¿Ves? No era tan difícil.

— lo dices tú, que no sientes nauseas cada hora — me crucé de brazos fingiendo estar molesta.

— si lo dices así, me haces sentir mal, Rapunzel.

Yo negué con mi cabeza y me acerque para besar sus labios... Los había extrañado tanto.

— ¿Vamos a la habitación? — dije con una sonrisa en mis labios.

— después de que coma ¿Si? En verdad tengo mucha hambre.

— está bien — me levanté de la silla y me hice a su lado para empezar a besar su cuello — yo te espero, Jugguie — él suspiro.

— por favor, no hagas eso...

— ¿No te gusta?

— si, me gusta pero... Continúa.

Sonreí y volví a acercarme a su cuello, donde planeaba dejar algunas marcas.













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