BETTY
Está oscuro, muy oscuro y no logro dormir, todas las noches es lo mismo y no entiendo por qué. Mi mente es un nudo y creo que eso es lo que no me lo permite, además trato de recordar cosas sobre Jughead porque sé que es una persona muy importante para mí y sé que lo amo, yo lo siento cuando está conmigo y cada vez que pienso en él.
Siento las mariposas en mi estómago.
Mire a Jughead, quien está acostado en el sofa gris que se ve súper incómodo pero él prefirió dormir ahí a incomodarme a mi.
Quiero despertarlo pero se ve que está muy profundo y cómodo pero a la vez incómodo, quiero decirle que se acueste junto a mí, que me abrace y que me cuente alguno de nuestros recuerdos hasta que me quedé dormida.
Él es la persona más tierna que puede existir, creo un álbum con demasiadas fotos de nosotros, desde que nos conocimos hasta ahora mismo, porque tambiénl trajo su cámara y mientras estamos acá nos hemos tomado muchas fotos, y algunas las puso en el álbum. También me mostró muchos vídeos y me parecía muy tierno ver a un Jughead pequeño.
Me levanté lentamente de la agotadora cama donde estoy y me arrodille al lado del sofá gris. Quise acariciar su cabello pero tal vez se despierta ¿no? Así que mejor no lo hice y solo me dediqué a admirarlo.
Su cabello negro despeinado, las largas pestañas que decoran sus lindos ojos azules y las leves ojeras que se encuentran debajo de ellos, los lunares en sus mejillas y sus labios gruesos color rosa que se ven muy provocativos.
Quiero besarlo...
Mordí mi labio aguantando las ganas y por impulso propio llevé mi mano a su pelo, haciendo lo que antes no quise hacer por miedo a despertarlo. Quite los mechones que caían por su frente y trate de peinarlo un poco.
Su cabello es muy suave.
Un fuerte dolor de cabeza me tomó por sorpresa y me hizo llevar mis manos a mi cabeza... Es insoportable...
— Jugguie — dijo una pequeña Betty — ¿estás despierto?
Al no obtener respuesta tomó un banquito para poder subirse a la cama, ya que la última vez se lastimó tratando de hacerlo.
Se arrodilló al lado del pelinegro y lo observó dormir por unos segundos mientras se decidía si en despertarlo o no.
— Jugguie — levantó su párpado — despierta.
Jughead cerró sus ojos con fuerza y Betty apartó sus pequeñitas manos asustada, pues pensó que lo había lastimado.
El pequeño Jughead fue abriendo sus ojos lentamente, los que Betty observó atenta deslumbrandose con ese hermoso color azul al igual que lo hace el pelinegro con los ojos verdes de la rubia.
— ¿Qué haces aquí Rapunzel?
Betty levantó sus hombros — mamá dijo que tenía que venir, que no podía estar en casa. No se porque, no quise preguntar.
Jughead asintió y llevó sus manos a sus ojos tratando de quitar la pereza de ellos.
— Jugguie ¿No dormiste bien?
— tú me despertaste, entonces no.
Betty hizo un puchero con sus labios sintiéndose un poco mal y Jughead esta vez se concentró en mirar detalladamente a la rubia como acostumbra a hacerlo.
Ella llevaba puesto uno de sus comunes vestidos con dos trenzas que se posaban en sus hombros y los pequeños mechones que caían a los lados de su rostro dándole un toque tierno.
— podemos dormir los dos juntos Jugguie, mamá también me despertó temprano.
Jughead asintió y Betty se acostó a su lado, metiéndose en la misma manta que él. Jughead tomó la pequeña mano de la rubia y entrelazo sus dedos sacándole una sonrisa a ella.
— duerme lindo Rapunzel.
— tu igual Jugguie.
Ambos niños cerraron sus ojos pero Betty abrió uno de ellos y al estar segura de que Jughead se durmió ella empezó a acariciar su cabello, acomodandolo de distintas formas.
— te quiero Jugguie, para siempre
— Betty — la voz de Jughead me trajo a la realidad — oye ¿Qué sucede?
Abrí mis ojos y sentí las lágrimas en mis mejillas que no sabía que había derramado. Jughead las limpió con sus pulgares y dejó un pequeño beso en mi frente.
— Ven aquí Rapunzel — dijo palmeando sus muslos.
Él me ayudó a levantarme y a sentarme en sus muslos, quitó el cabello de mi rostro y con su dedos acarició mi mejilla.
— ¿Qué pasó Rapunzel? — dijo tranquilo y se ve tranquilo pero puedo notar la preocupación en sus ojos.
— me dolió mucho la cabeza, fue muy fuerte...
— ¿Llamo al doctor? — negué.
— recordé algo de nosotros y fue muy lindo —Sus ojos brillaron y note su emoción — era la primera vez que te dije que te quiero.
— ¿En mi cumpleaños? — negué y él frunció sus cejas — ¿Entonces?
— tú dormías y mientras eso yo acariciaba tu cabello.
Jughead soltó una pequeña risa — ¿Como lo hacías hace un rato?
La sangre viajó a mis mejillas y aparte la mirada avergonzada.
— se supone que estabas dormido — murmuré.
Él volvió a reír y yo levanté mi mirada necesitada de ver su hermosa sonrisa. Su risa era lo único que se escuchaba en la habitación y verlo me causa un cosquilleo en mi estómago y hace que mi corazón retumbe como un tambor en mi pecho.
— ve a dormir Rapunzel, te ves cansada.
— ¿dormimos juntos? — él alzó sus cejas — Es que no logro hacerlo.
Sin decir nada él se levantó sosteniendo mis muslos y yo me aferre a su cuello, unos cuantos pasos y se recostó dejándome encima de él.
— ¿Quieres dormir así? — pregunté sintiendo un leve sonrojo en mis mejillas.
Asintió — es mejor así, confía en mí.
— Está bien.
Me recosté, apoyando mi mejilla en su pecho, sintiendo el cálido calor de su cuerpo y sus manos acariciando mi cabello... Pase mis dedos por su brazo hasta llegar a su mano y entrelace mis dedos con los suyos.
— te amo Jugguie, para siempre — murmuré.
— Yo te amo mucho más Rapunzel.
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Recuerdos
Teen FictionGuardamos cada uno de nuestros recuerdos en nuestras mentes y corazones. Pero puede que todos esos lindos recuerdos sean olvidados.