D i e c i s i e t e

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JUGHEAD

— Jugguie — susurro ella — ya quiero dormir, estoy muy cansada y tengo frío.

— pero aún no se ven las estrellas...

— Jugguie, en verdad quiero dormir. Estar en el lago me dejó agotada— insistió y no tuve más remedio que levantarme del suelo.

Recogimos las cosas y fuimos de nuevo al auto, guarde la cesta en el baúl y saque nuestras pijamas, en verdad esta haciendo mucho frío y como dormiremos en el auto tendremos que estar cómodos.

— Jugguie, cómo vamos a dormir aquí los dos, tu ocupas todo el espacio.

— Así como dormíamos en el hospital, no es mucha la diferencia... ¿O prefieres que duerma en el asiento de adelante? Así duermes más cómoda.

Ella negó y acarició mis mejillas para dejar un dulce beso en mis labios.

— dormir contigo es mucho mejor.

— Lo sé, soy muy cómodo.

Ella soltó una pequeña risita y empezó a desvestirse al igual que yo, solo que en ningún momento pude apartar la mirada de su cuerpo... Ella es tan linda y su cuerpo es preciso y joder yo en verdad quería sexo pero no la puedo obligar, además hace poco volvimos a retomarlo y no puedo forzarla.

Y yo tampoco quiero que piense que solo quiero sexo, porque yo también la amo, es la única mujer que he amado de esta forma y a veces me da miedo llegar a perderla... El día del accidente con su papá, me asusté tanto y creí que la perdería, pero cuando ella despertó estuve mucho mejor, me volví a sentir completo.

No sé de qué forma será el amor de ella hacia mí, si será de la misma manera que yo o mucho más fuerte pero soy demasiado feliz al saber que ella me ama, lo sé porque me lo dice y también puedo verlo en sus ojitos, esos que fueron los primeros y únicos que me enamoraron.

— Jugguie ¿En que piensas? — dijo mientras acariciaba mi cabello — te ves perdido ¿Sucede algo?

— no Rapunzel, tranquila solo pensaba en ti.

Ella levantó sus cejas y a pesar de la oscuridad pude notar el sonrojo de sus mejillas, dejé un beso en su mejilla que la hizo sonreír.

— te amo — susurré y luego bese sus labios de forma lenta y profunda, dejando que se recostara lentamente pero sin despegar nuestros labios.

Acaricie su cabello y con mi otra mano su cintura mientras me acomodaba entre sus piernas para mejor comodidad.

— no vamos a tener sexo — dijo Betty entre los besos.

— si así lo quieres no lo haremos.

— pero si me darás más besos.

— todos los que quieras.

Volví a juntar nuestros labios, ambos los movíamos coordinadamente, de una manera lenta disfrutando de cada uno de los roces que habían. Ella le permitió a mi lengua chocar con la suya y dejar saborear todo lo que podía, como ese sabor a vino que tomamos hace un rato o las salsas de los sándwiches que había preparado. Joder, delicioso.

Involuntariamente, mis manos se sumergieron dentro de la camiseta que traía puesta, permitiendome tocar su suave y delicada piel. Sus piernas se enrollaron alrededor de mi cadera y me presiono haciendo a nuestros cuerpos se juntaran más.

— Jugguie — murmuró.

— Rapunzel.

Ella hizo que nuestros labios se separaran haciéndome gruñir, trate de besarla otra vez pero puso su mano en mi boca.

— dijimos que no tendríamos sexo y creo que no vamos a poderlo controlar, así que no más besos y no más caricias.

Yo fruncí mis cejas y con mi lengua babie su mano haciendo que la apartará asqueada.

— Rapunzel, no me puedes negar eso.

— si puedo Jugguie... Así que por favor apártate para que nos podamos acomodar.

Bufé y me levanté quedando sentado, espere a que ella me hiciera un espacio para poder acomodarme a su lado.

Betty se giró haciendo que nuestros rostros se encontrarán y pasó sus dedos por mi cabello, yo cerré mis ojos para poder disfrutar de esa caricia.

— perdón Jugguie...

— no te disculpes, no has hecho nada malo Rapunzel, no puedo obligarte a algo que no quieres.

Ella acercó su rostro al mío y acarició su nariz con la mía y luego dejó un corto beso en mis labios.

— descansa mi Jugguie... Mañana tienes que conducir y no quiero morir.

— no vamos a morir, no será mañana.

— Está bien... Te amo — susurro y volvió a besar mis labios.

Ella siguió acariciando mi cabello y yo me aferre a su pequeño cuerpo escondiendo mi rostro en su cuello, dejé un pequeño beso allí y me dispuse a tratar dormir.

— Jugguie ¿Por qué no dormimos en una carpa? Así como la otra vez.

— la busqué en el garaje y me encontré con que Bruno la volvió un desastre.

— oh! Bruno daña todo, también arruinó a pato.

Solté una pequeña risa —¿Aún lo recuerdas?

— Claro que sí, pato era mi peluche favorito.

Ambos reímos y luego nos quedamos en silencio. Minutos después y aún no era capaz de dormir pero supongo que Betty creyó que sí lo estaba ya que me rodeó con sus brazos y escuché como un pequeño sollozo salió de sus labios, no dije nada ni me moví esperando a que dijera algo pero no lo hizo.

— Rapunzel — susurré — ¿Qué pasa?

— Me duele mi cabeza, me duele mucho Jugguie.

Yo me alarmé al instante, el doctor me advirtió mucho sobre esto y le recetó unas pastillas por si llegaba a suceder, ella no las ha necesitado, no hasta ahora.

— buscaré las pastillas, quédate aquí.

Baje del auto y del bolso que traje saque el frasco con las pastillas blancas y tome una de las botellas de jugo que traje.

Entre de nuevo al auto y ella ahora estaba sentada, con sus manos sujetando su cabeza y los sollozos saliendo de sus labios. Saque una pastilla y destape la botella.

— Rapunzel, tomatela...

Ella hizo lo que le dije y yo aparté el cabello que se pegó en sus rostro debido a las lágrimas, le hice un muy mal moño en él pero es mejor eso a que le esté estorbando en el rostro.

— abrázame Jugguie.

Hice lo que me ordenó y ella se acurrucó entre mis brazos, dejé un corto beso en su cabeza y acaricie con cuidado su espalda.

— no me cansaré de decir que eres como un bebé, mi hermoso bebé.

— no soy un bebé, soy grande Jughead.

— me gusta pensar que no es así.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora