Capitulo 3

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¿Qué hice? ¿Qué cruzo por mi cabeza en el momento que dije que sí? Es lo que me pregunté toda esa noche, desde el momento exacto que salí de mi casa al decirle vamos

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¿Qué hice? ¿Qué cruzo por mi cabeza en el momento que dije que sí? Es lo que me pregunté toda esa noche, desde el momento exacto que salí de mi casa al decirle vamos. Siempre alejo a todo el mundo ¿Por qué no pude esta vez? ¿Por qué simplemente no pude decirle vete a la mierda? No suelo hacer nada improvisado, fue la excepción y ahora no sé qué voy a hacer, no sé qué pensar respecto a esto.

Me mantengo alejada de las personas por esta razón, el desprecio que presentan hacia mí, recuerdo lo cruda que fue la rubia oxigenada sin motivo, en mi vida la había visto y estuve a punto de estallar. De no ser por ese cuarto con la guitarra, en ese momento ignore todo lo que paso, había olvidado lo bien que se sentía tenerla en mis manos, fue la sensación más pura y maravillosa que necesite en ese momento, logro que me apagara.

Lección aprendida, no romper las promesas personales, último año, libre de relaciones sociales nuevas, conocer personas e incluso tener actos impulsivos.

Lo malo de tener pocos amigos de confianza es que siempre te ves enredado en caer en ellos ante los problemas o cualquier cosa que necesites, sin importar tu grado de enojo. Así es como me encuentro en casa de Rochelle donde decidimos organizar una pijamada de desahogo como necesito.

No puedo permitirme esto otra vez, hasta acá llegué me propuse aclarar los líos de mi vida no tengo tiempo para salidas, conocer a alguien y tener una aventura que no va a durar. No debo perder mí tiempo, no de nuevo, me despedí, me dijo de salir y listo, el sábado fue adiós definitivo.

No más rubio, no más coqueteo, no más besos, no más juegos, no más salida, no cita, no chatear, no hablar... nada. Adiós rubio.

Si fuera tan sencillo, ayer estuvo llamándome y enviándome mensajes en los que no me moleste en responder a ninguno de sus intentos de comunicarse.

—No está nada mal —oigo a Rochelle y me saca de mis pensamientos.

A penas llegue a mi casa le mande un mensaje, uno que mando en raras ocasiones, uno que se asocia a mí y alguna otra persona, este caso el rubio. No fue hasta el domingo en la noche que recibí respuesta y hoy nos pudimos juntar, su familia había decidido reunirse, ahora la puse al día con ciertas cosas que necesito aclarar de todo esto.

Observo como la castaña revisa las fotos en el Instagram del rubio, odio que toquen mi teléfono, pero como su perfil es privado y lo sigo es la única forma que tiene de verlo, de saber porque me hago tanto lio. El rubio de ojos azules más espectaculares, lo bueno de todo esto es que cuando en mi vida social ocurre algo, Rochelle siempre aparece.

Cosa que ocurre cada mil años, mi vida social va en decadencia y siempre se emociona cuando algo pasa ¿Por qué? Es una chismosa y me lo paga obligándome a darle detalles por todas las veces que le insistí. A pesar de todo omito ciertas cosas, lo sabe, pero simplemente no presiona y ahora creo que me odia por eso, porque la forma en la que mira la pantalla y sonríe mordiéndose el labio me asegura que no se queda conforme con lo que dije.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora