Capitulo 12

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No creí tener la necesidad de estar con alguien, siempre se sintió bien estar sola, ahora parece que me estuviera acostumbrando a tener a mi lado quien me apoye, escuche y haga caer abruptamente una y otra vez a sus ridículas ideas

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No creí tener la necesidad de estar con alguien, siempre se sintió bien estar sola, ahora parece que me estuviera acostumbrando a tener a mi lado quien me apoye, escuche y haga caer abruptamente una y otra vez a sus ridículas ideas. Verlo fue casualidad, que se fijara en mi fue un accidente que me cuesta aceptar, a veces dudo que sea real, es como si todo lo referente a él proviniera de un libro o una mala película de romance.

A la distancia noto su ancha espalda junto al brillo dorado que le brinda el sol a su pelo, los gustos jamás están cien por ciento definidos cambian con nosotros, cuando en el pasado me fijaba en castaños de ojos marrones, ahora me fijo en rubios de ojos color cielo. Corro tan rápido como puedo intentando llegar a él, no logro llegar, mis piernas son cortas y mis pasos pequeños, la distancia crece y el cielo se vuelve tormentoso.

Unas manos se deslizan por su cuello hasta enredarse en el nacimiento de su cabello, uñas rojas resaltan al tirar de su cabello provocando que incline su cabeza, no puedo moverme, sus manos desaparecen al frente. Gira trayendo el recuerdo de la traición, Aveline me observa con sus ojos azules mientras se pierde en un beso con el rubio, Owen pasa por mi lado, intento tomar su brazo, pero este se desvanece al hacer contacto con su piel.

No de nuevo.

—Siempre serás el reemplazo —se separa del rubio apoyando su cabeza en su torso, Owen se posiciona a su lado tirando el cuerpo de Aveline hacia él—. Son míos fantasma, así como Owen me eligió una vez, ambos me volverán a elegir.

Mis piernas fallan, ambos me observan controlados por las garras de la arpía que tira de la remera del rubio hacia ella y besa a Owen marcando el punto de ser la primera opción en la vida de ellos. No puedo correr, no puedo dejar de ver como los tres sonríen hacia mi dirección siendo los tres parte del mismo juego en el que ya me vi enredada.

—Rubio —murmuro viendo que besa el cuello de Aveline mientras los labios de Owen le comen la boca.

Me remuevo sintiendo mi cuerpo pesado mis piernas se enredan en las sábanas haciéndome caer, abro los ojos siendo consciente que estoy en mi cuarto y todo se trató de un mal sueño producto del miedo, quiero tener la capacidad de poder confiar en las personas, solo que perdí dicha suerte. No recodaba lo que se sentía confiar en un extraño hasta que apareció un rubio con ojos despampanantes y sonrisa cautivante a revolver toda mi realidad; soy consciente que a pesar de la distancia él va a estar ahí, pero cuando lo necesite correrá a ella.

Quiero creer que no se va a repetir lo que paso con Aveline, pero las pruebas están delante mío, él aun la quiere y se esfuerza en que volvamos a ser amigas cuando no hay forma de volver al pasado. Sus acciones conducen a él, sus provocaciones, berrinches y amenazas son para acaparar su atención dejándome en las sombras hundida en la miseria que provoca. No quiero seguir otorgándole poder, voy a darle guerra como nunca antes me atreví a hacerlo, pero si uno de los dos decide volver a su lado, estaré luchando sola no solo con el odio, también con el vacío de la traición.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora